Brasil: Una mujer de 27 años de edad se encuentra acusada actualmente por fingir que tenía cáncer, a fin de poder estafar a personas de buen corazón, quienes le hicieron donaciones de dinero en Brasil.
Camila María, como se le identificó a la mujer, se habría incluso afeitado el cabello, a fin de parecer que estaba recibiendo quimioterapia, además de que mintió sobre el presunto tratamiento que recibía.
Según narró la joven a los oficiales de la policía, a ella le diagnosticaron cáncer de mama en el año 2017, pero que entró en remisión de la enfermedad.
Así mismo, la supuesta estafadora aseguró que había regresado a mediados del año pasado y se habría extendido a su pulmón e intestino, luego de que contrajera el virus del dengue.
No obstante, la Policía le pidió que comprobara evidencias de su diagnóstico, pero ella no lo pudo proporcionar, por lo que comenzó una investigación tras descubrir que ella recibió dinero donado de personas para pagar sus supuestos tratamientos, lo que hizo sospechar de fraude.
Se descubrió también que la mujer realizó varias colectas y sorteos, no obstante, después surgieron las primeras quejas sobre la recaudación de fondos desde hace unos meses.
Por su parte, el Jefe de la Policía Fernando Noriega, afirmó que Camila no pudo proporcionar documentación para respaldar su diagnóstico cuando se le preguntó.
Además, los oficiales allanaron la casa de la mujer para hacer una inspección y no pudieron encontrar ningún documento o evidencia que respaldara sus afirmaciones de que padecía cáncer de mama y estaba recibiendo quimioterapia.
Otra de las razones importantes que le derrumbaron la versión a la joven fue que las autoridades acudieron al hospital Araujo Jorge, donde supuestamente recibió tratamiento en julio pasado, pero la administración rechazó que ella hubiera sido su paciente, mientras que tampoco se encontraron registros de la mujer.
Ante tal situación, la supuesta enferma dijo que se había sometido a siete sesiones de quimioterapia en un periodo de cuatro meses en el hospital, pero afirmó que tuvieron que suspenderlas porque “se habían perdido sus registros médicos”.
Sin embargo, el hospital cuestionó dicha versión y los trabajadores médicos en cambio dijeron que la descubrieron “tomándose fotos en una camilla en la sala de quimioterapia”, cuando usaba una tarjeta de identificación del hospital.
También revelaron que en una ocasión la tuvieron que sacar del hospital por “conducta reiterada e irregular”, por lo que todo apunta a que se trató de un engaño a gente de buena voluntad.