Andrés A. Solís
Hace ya unos años que entre colegas acuñamos una frase cuya autoría se perdió en la memoria: “La primera línea de defensa es hacer bien nuestro trabajo”.
En general esta frase sirve para cualquier actividad y empleo, pues cuando las personas hacen bien su trabajo, con precaución y siguiendo las reglas, normas y procedimientos, es menos probable que cometan un error.
En el caso de actividades que suponen la operación de maquinarias, herramientas peligrosas, hacer bien la chamba es crucial para evitar accidentes. Quienes tienen en sus manos la vida de las personas, como personal médico, paramédico, de policía, bomberos o protección civil hacer bien su trabajo sin duda marca la diferencia.
Hacer bien la chamba ni siquiera debería de ser un tema de conversación, es algo que esperamos de todas las personas en todos los trabajos, oficios y empleos.
Cuando hablamos de hacer bien nuestro trabajo como periodistas, significa cumplir con los mínimos elementales de verificación y contrastación de información y fuentes. De dejar de lado cualquier especulación y tener las evidencias y pruebas documentales de lo que publicamos.
No hacerlo es hacer mal periodismo. No hacerlo significa poner en riesgo el único capital con que contamos y se llama credibilidad.
Sin embargo, cuando nuestro periodismo nos lleva a cubrir temas sobre violencia y crimen organizado, este principio de hacer bien nuestro trabajo se convierte en una salvaguardia de nuestra integridad física, sicológica y patrimonial.
Informar sobre crimen organizado obliga a cualquier periodista a tener mucho cuidado con lo que publica. Es fundamental verificar cada dato con que contamos, su certeza y realidad; verificar la autenticidad de fotos, videos, audios que se envían deliberadamente a periodistas para hacerlos públicos en interés de algunos grupos.
Con mayor razón debemos poner cuidado a este detalle. Difundir algo que alguien quiere que se difunda nos convierte en voceros de facto y eso sin duda nos pone en riesgo inminente pues habrá alguien que se moleste por esa difusión y publicidad gratuita.
Si no atendemos a este principio de hacer bien nuestro trabajo, entonces estamos en la antesala de cometer el primer error de cualquier periodista que es tomar partido.
Andrés A. Solís es periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de Buenas Prácticas para la Cobertura Informativa sobre Violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy”, que se transmite a través de la señal de Radio Educación.