Los integrantes del programa causaron pena ajena por la falta de tacto ante la terrible situación
Ciudad de México: En una reciente emisión del programa matutino Venga la Alegría, los conductores volvieron a captar la atención del público, pero esta vez no por las razones adecuadas. En medio de la noticia mundial sobre la desaparición del submarino turístico Titán, que llevaba cinco tripulantes a bordo, los conductores intentaron recrear la situación, generando más pena ajena que empatía entre los televidentes.
En su segmento “La cápsula del conocimiento”, el presentador Sergio Sepúlveda asumió la responsabilidad de informar a los espectadores sobre los últimos acontecimientos relacionados con el submarino desaparecido en el océano Atlántico. Durante su explicación, Sepúlveda solicitó la colaboración de sus compañeros conductores para recrear visualmente el espacio reducido dentro del submarino turístico.
En el suelo del set de televisión, se colocaron cintas que dibujaban la silueta del submarino, donde posteriormente los conductores se sentaron intentando ejemplificar las condiciones en las que se encontrarían los tripulantes desaparecidos. Sin embargo, esta representación improvisada resultó en una escena que generó burlas y pena ajena en las redes sociales.
La falta de tacto al abordar un tema tan serio como la desaparición de una embarcación y la incertidumbre de sus ocupantes no pasó desapercibida para los espectadores, quienes rápidamente expresaron su descontento en las redes sociales. Muchos consideraron que la recreación del submarino turístico fue inapropiada y denigrante, mostrando una falta de sensibilidad hacia la gravedad de la situación.
A pesar de los esfuerzos del programa por mantener un ambiente ameno y alegre, en esta ocasión, los conductores de Venga la Alegría cruzaron la línea y no lograron conectar adecuadamente con el público. Las críticas y burlas en las redes sociales demuestran la importancia de tratar con respeto y seriedad temas de esta magnitud, evitando caer en la superficialidad o en la ridiculización de situaciones delicadas.