En estas fechas…

Por Ernesto Conde Paredes

Sigo esperando estas fechas como cuando era niño.

El olor a flores frescas, a café, a dulces. La luz de las veladoras que hacen que la noche parezca brillar en medio de un bosque encantado donde duendes mexicanos brincarán para hacernos bromas y lograr provocarnos reír.

Este año fue extraño, partieron muchos que no debían partir aún, y serán invitados por primera vez a la mesa tradicional de mi ofrenda, justo después de su muerte.

Buscar fotos nunca fue tan difícil y duro, tan doloroso y difícil. Y no contamos también con aquellos que estuvieron apuno de ir al Mictlan y ya nunca volver por lo difícil que se puso la enfermedad en estos días.

El COVID amenazó con llevarse a cientos de parientes más. Pero, aquí estamos, riendo y gozando de la celebración y conmemoración de muerte, del recuerdo de aquellos que se fueron y que nunca más volverán, que nos duele ya no encontrar más en nuestras mesas, en nuestros sueños y en nuestras vidas.

Muchos han partido, es cierto; pero también muchos seguimos vivos, recordando a esos abuelos, a esos tíos, en algunos casos esos padres, hijos o hermanos que ya no están, y que murieron esperando poder respirar (Aquí si literalmente) un suspiro más en nuestros corazones.

Muchos ya no están y es por ellos que debemos cuidarnos antes de que de nuestra sangre se extinga el último suspiro de aire, muchos ya no están y es nuestra labor seguir conservando su memoria.

Es por ello que sigo amando estas fechas, porque más allá de las travesuras de comer un poco de lo que se ha puesto en la ofrenda, quedan los recuerdos, la magia, la alegría y la belleza de seguir vivos, de recordar a nuestros antepasados que llenaron de orgullo nuestra casta y que también hicieron que estos días de recuerdos y alegrías fueran más felices.

Me gustan estas fechas porque es volver a vivir, es recordar y sentirse vivos, es volver a ser feliz, es sentirse de nuevo un niño, comer y ver a la familia reunida otra vez, es mirar al cielo y saber que cuando me toque el día partir estaré más vivo que nunca para el día de mi muerte, y saber que mi familia, podrá con amor y dedicación cada año el altar de los muertos, que con su Azaña del ayer hicieron más feliz, grande e importante mi legado familiar que en su momento yo también dejaré para los que vendrán por delante de mi camino.

Fotografía Es Imagen

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