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Cerca del día “D” —6 de junio de 2021—, fecha en la que se llevará a cabo la elección más grande de la historia política de México, para el colmo de males, para los que encabezan tanto el gobierno federal, como local en la Ciudad de México (CDMX), se les vino encima un problema mayúsculo, pues por falta de mantenimiento, por negligencia, pero sobre todo, por falta de interés y previsión, se les cayó la línea 12 del metro de la CDMX.
El asunto no es menor, ya que, de por sí, en este momento complejo por el que estamos atravesando los mexicanos, por todas las crisis que se han unido y que el gobierno federal, hasta este momento, no ha podido atender, disminuir y mucho menos resolver. De acuerdo a las cifras oficiales, fallecieron 27 personas y hay más de 80 heridos, cada una de las víctimas tiene nombre y apellido, además familia, esperanzas y sueños arrebatados por la negligencia de las autoridades de la CDMX y del gobierno federal.
La falta de mantenimiento es una de las causas que llevaron a la tragedia, pero también el vale madrismo de las autoridades de la CDMX, hay evidencias fotográficas en las redes sociales digitales y en medios de comunicación, de que, desde hace tiempo, se había evidenciado y señalado del mal estado de las instalaciones del metro en varias estaciones, la fractura en la estructura que soportaba uno de los tramos exteriores de la línea 12 del metro, se desplomó el pasado lunes 2 de mayo, la desviación y grietas en la estructura ya se habían reportado.
Los hechos no solo descarrilaron los vagones de la línea 12 del metro, también han descarrilado las aspiraciones presidenciales de dos personajes públicos, Marcelo Luis Ebrard Casaubón y Claudia Sheinbaum Pardo, el primero por haber sido el responsable de las contrataciones de las obras de construcción de la línea 12 del metro, al haber sido de 2006 a 2012, jefe de gobierno del Distrito Federal, hoy Ciudad de México; la segunda por ser la actual jefa de gobierno de la CDMX, ambos deberán poner en pausa sus intenciones políticas rumbo al 2024 y pensar y repensar, ante la tragedia, cómo encarrilar nuevamente sus sueños presidenciales.
Ambos personajes, (Ebrard y Sheinbaum), tienen responsabilidad en los hechos ocurridos el 2 de mayo de 2021, a lo que denominaremos con el numerónimo 2-M, sin duda un hecho que ha afectado gravemente a todas las víctimas directas y las indirectas por la catástrofe ocurrida y lo más grave es, que esta tragedia se pudo prevenir, todo lo ocurrido con este lamentable hecho sangriento nos permite ver que el partido morena, tiene grandes fallas en la forma de implementar y llevar a acabo la acción de gobernar.
Si bien, los hechos del 2-M, no se puede comparar con lo ocurrido en España el 11 de marzo de 2004 (11-M), ya que ahí, se trató, de atentados terroristas a los trenes de Madrid, perpetrados por Al Qaeda y el Grupo Islámico Combatiente Marroquí, en donde fallecieron 193 personas y alrededor de 2 mil personas resultaron heridas, los atentados ocurrieron tres días antes de las eleciones generales y éstos cambiaron los pronósticos que se tenían previos a las elecciones.
En lo que sí tiene similitud el 11-M de España y el 2-M de México, es que, sin lugar a dudas, los hechos tendrán consecuencias políticas, un efecto dominó, ya que nos encontramos a 28 días de la elección del 6 de junio, y para los mexicanos los perpetradores de la tragedia tienen nombre y apellido y además pertenecen a un partido político, se llaman: Marcelo Luis Ebrard Casaubón y Claudia Sheinbaum Pardo, el partido en el que militan se llama morena y que ya vimos que ciertamente son un peligro para México.
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