Inicio mis comentarios con el tema de salud, que si bien para muchos ya es algo que estamos superando, la realidad puede ser otra, y no lo digo en plan pesimista, sino porque la pandemia del coronavirus, sigue vigente, sigue siendo una realidad, si bien los gobiernos tanto estatal como municipal, tratan de ocultar o simplemente de desviar la atención por situaciones económicas, la realidad nos puede llevar a un rebrote como está pasando en España, Italia, Francia y varios países europeos, quienes antepusieron sus intereses económicos sobre el problema que representa el contagio del coronavirus.
Si bien Tlaxcala ya está en el semáforo naranja, eso no quiere decir que el gobierno del estado y los sesenta municipios, simplemente se dediquen a ser espectadores o dar recomendaciones a una sociedad irresponsable que piensa que la pandemia ya pasó, ¿Por qué digo esto? porque desde hace dos semanas tanto la Secretaria de Salud, como las diferentes dependencias tanto estatales como municipales encargadas de prevenir y apoyar para que la ciudadanía tlaxcalteca, tome las medidas sanitarias se han desentendido casi en su totalidad, y esto es fácil de comprobar ya que los accesos a los mercados y centros comerciales, ya se hacen sin ninguna medida sanitaria y un ejemplo claro es el tianguis sabatino en la capital del estado, donde ya no hay ningún control para salir o entrar, las brigadas para exigir el cubre bocas, el gel antibacterial y la sana distancia, ya son parte de la historia, lo que deja ver que las autoridades tanto estatales como municipales poco les importa la salud de la sociedad tlaxcalteca, aunque aquí también es de reconocer la irresponsabilidad de la gente, unos pensando que son inmunes, y otros valiéndoles madre la salud de ellos, de sus familias y de la gente que los rodea.
Si bien hay que reconocer que el gobierno del estado, hizo una gran campaña para parar los contagios y la expansión del coronavirus, hoy el gran reto debe ser sostener ese gran trabajo, tanto del sector salud como de las diferentes dependencias gubernamentales , para que no haya un rebrote que tengamos que lamentar, aunque claro el trabajo deben asumirlo los 60 municipios, ya que los presidentes municipales ya se echaron en la hamaca de la indiferencia, y ya dejaron de hacer brigadas de prevención, hoy es común ver como en las tiendas y los bares, ya expenden alcohol sin ninguna restricción, ya hay reuniones y fiestas de 50 o más personas, los centros botaneros y los antros ya funcionan, cuando todavía no hay permiso para reabrirlos, es necesario que COFEPRIS, protección civil y las autoridades estatales, federales y municipales, hagan supervisiones para cerrar esos lugares que son focos de infección.
Pasando a otro tema, se cumplieron seis años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y todavía no hay una verdad, que convenza a los padres y familiares de los normalistas, lo que se ve muy lejano, y no porque los gobiernos no lo quieran aclarar, sino por la complejidad que representa meterse con el crimen organizado, ¿Por qué digo esto? porque todo se circunscribe a las acciones que realizaron las autoridades esa noche o madrugada, la intervención de las policías municipales, estatales, federales y hasta el ejército, pero nadie dice que papel juegan o jugaron los estudiantes o sus líderes con grupos del crimen organizado, puede ahí estar la explicación, ya que si lo vemos desde la óptica objetiva, la pregunta sería: ¿Qué hacían los estudiantes fuera de su institución educativa esa madrugada del 28 de septiembre?
Si bien, es una petición justa el pedir el esclarecimiento de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, también los diferentes órganos de gobierno, principalmente la Secretaria de Gobernación, debe establecer las reglas y la normatividad para que las manifestaciones sociales no sean un desfogue de actos vandálicos, donde más que estudiantes se ven a unos verdaderos delincuentes, destruyendo todo lo que encuentran a su paso ¿Esos serán los futuros maestros que educaran a las nuevas generaciones?.
En esta misma temática están los grupos radicales feministas, que de igual forma asumen actitudes de unas verdaderas delincuentes, ya que si bien sus peticiones y exigencias son justas, están deberían canalizarlas desde el punto de la civilidad y el respeto, es triste ver como las propias mujeres maltratan a sus compañeras, las mujeres policías que lo único que hacen es cuidar el orden y hacer un trabajo, por el cual reciben un sueldo; que lástima que una noble lucha se transforme en manifestaciones donde salga a relucir más violencia.
El feminismo sin duda exige seguridad, justicia, equidad y respeto para la mujer, ojalá los gobiernos atiendan las demandas para erradicar la violencia, el maltrato, la desigualdad e inseguridad que aqueja a todas las mujeres mexicanas. Y que los grupos que encabezan este modo de pensar, reflexionen sobre sus hechos y prediquen con el ejemplo: respeto y sororidad.