Andrés A. Solis*
Pocas noticias tienen la capacidad de invadir las portadas de la prensa mundial y los espacios en radio, televisión e Internet.
Una guerra, una catástrofe, un accidente aéreo, un atentado terrorista. Casi siempre noticias trágicas.
La muerte de personajes relevantes del mundo logra también inundar miles planas, millones de minutos en radio y televisión y millones de bytes de Internet. Una de estas muertes es la de un Papa.
La misteriosa muerte de Juan Pablo I en 1978 ocupó mucho espacio en la prensa del mundo y más cuando se especuló sobre un supuesto atentado.
El atentado contra Juan Pablo II y su muerte fueron noticia de ocho columnas en toda la prensa del mundo; incluso en naciones no católicas se destacó la noticia como relevante, al tratarse de una figura importante de la geopolítica, no sólo de la religión.
Incluso la renuncia de Benedicto XVI causó furor en los medios internacionales, pues habían pasado siglos desde la última renuncia papal.
El reciente fallecimiento de Francisco, el primer papa latinoamericano, por supuesto que iba a ser la noticia todo este lunes 21 de abril y lo seguirá siendo en los días subsecuentes.
El papel de los líderes de la iglesia católica ha sido fundamental para la historia en los últimos quince siglos. Lo mismo impusieron, que quitaron reyes y lo siguen haciendo de alguna manera con gobernantes.
El Vaticano perdió influencia territorial, que ahora se constriñe a 44 hectáreas en el corazón de Roma, pero su influencia política se mantiene en naciones católicas y no católicas.
Por eso la muerte del máximo dirigente del catolicismo mundial sigue y seguirá siendo una noticia que transforme la cotidianidad de medios y periodistas, aunque claro, la gran mayoría de medios profesionales tenía listas sus notas, reportajes, semblanzas y esquelas de Mario Jorge Bergoglio desde hace ya varias semanas, ante la inminencia de su fallecimiento.
- Los medios privados viven de la publicidad. Cobran por transmitir mensajes de quien los pague, aunque sepan que son mentira como los miles de spots de productos milagro; aunque sepan que son manipuladores, como los mensajes de propaganda de gobiernos. Pero abrir tiempo a mensajes como el que pagó el gobierno de Estados Unidos, es de llamar la atención. En los hechos no es ilegal, pero muestra la hipocresía de los grandes medios mexicanos.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:05 hrs., por Radio Educación. Integrante del Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación.