La Calzada de los Misterios que de pronto se convirtió en la de los secuestros

Raúl Contreras Flores

Tlaxcala dejó de ser el estado más “seguro” del país desde hace varios meses atrás –si es que algún día lo fue-, así lo refieren las estadísticas que cada 15 días presenta el Gabinete de Seguridad en “Las Mañaneras del Pueblo” que encabeza la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en donde aparece entre las siete entidades con menor índice delictivo.

A pesar de las cifras “alegres” -presuntamente “maquilladas”-, que reporta el gobierno lorenista a la Federación, los niveles de inseguridad han aumentado de manera considerable en la entidad tlaxcalteca. Así lo reportan día tras día diversos medios de comunicación, pero, sobre todo, la oportuna denuncia que los ciudadanos realizan a través de las “benditas” redes sociales. Por lo que es prácticamente imposible ocultar los asaltos o robos a personas y establecimientos comerciales, los robos en casas-habitación, el robo de automóviles o autopartes, asaltos al transporte de carga, sobre todo, en los tramos carreteros del oriente y poniente de la entidad que se encuentran en los municipios de El Carmen Tequexquitla y Calpulalpan, respectivamente.

Mención aparte son los casos de homicidios dolosos, las ejecuciones directas, los feminicidios, la no localización de personas, así como la incesante trata de personas con fines de explotación sexual, las extorsiones y pago de derecho de piso, la innegable presencia de huachicoleros y huachigaseros en la zona surponiente del estado, además de la existencia de narcolaboratorios, dos de los cuales en días recientes fueron desmantelados por las fuerzas de seguridad federales en comunidades del municipio de Tlaxco, dado que el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros y la presidenta municipal, Diana Torrejón Rodríguez, “nunca se percataron de su existencia”. Lo relevante de este caso fueron las declaraciones torpes y contradictorias de la mandataria estatal.

A esta larga serie de hechos delictivos que a diario se sufren en Tlaxcala hay que agregar los secuestros, como el que en días pasados padeció una persona que, afortunadamente, fue rescata con vida mediante un operativo implementado por elementos de seguridad estatal con apoyo de efectivos de la Guardia Nacional.

Hecho delictivo de alto impacto que trasciende la mera nota informativa, ya que la casa de seguridad habilitada por los presuntos secuestradores se encuentra a escasos 100 metros de la Basílica de La Virgen de Ocotlán, uno de los templos religiosos más visitados por el turismo nacional y extranjero, y aproximadamente a 170 metros de una de las propiedades con las que cuenta Lorena Cuéllar Cisneros.

Frente a este desastroso panorama en materia de (in) seguridad pública que se vive y respira en la antes tranquila y apacible entidad tlaxcalteca, surgen las inevitables preguntas: ¿dónde, cómo y cuándo se han invertido los más de ocho mil millones de pesos para “proteger” a los ciudadanos que habitan en el estado de Tlaxcala? Cifra señalada por la propia gobernadora neomorenista.

Por cierto, una cifra similar a la destinada por el gobierno de Claudia Sheinbaum para la recuperación del puerto de Acapulco, dentro del programa “Acapulco se Transforma Contigo”.

Las cuentas siguen sin cuadrar en esta administración estatal plagada de corrupción, impunidad, omisión y abuso de poder.