El gobierno “totalitario” de Lorena Cuéllar Cisneros está reprobado

Raúl Contreras Flores

En Tlaxcala se vive un gobierno totalitario sui géneris, en donde no existe ninguna ideología política como tal, sino lo que priva es el interés económico, el “bisne” entre el círculo gobernante, encabezado por la titular del Poder Ejecutivo, la neomorenista Lorena Cuéllar Cisneros.

Y es “totalitario” porque tiene sometidos a los otros dos poderes, el Legislativo y el Judicial, por lo que en Tlaxcala no existe la división de poderes que exige un estado democrático. Amén del sojuzgamiento en el que se encuentran los 60 presidentes municipales.

Por un lado, el manoseo, la ausencia de principios y de una ideología bien cimentada, el interés meramente personal y la falta de compromiso con el electorado por parte de algunos legisladores, explican el por qué éstos se duermen bajo las siglas de un partido y amanecen tranquilamente con el cobijo de otro.

Con el reciente cambio de chaqueta de cuatro diputados de partidos satélite: Anel Martínez Pérez y David Martínez Del Razo, de Fuerza por México Tlaxcala (FxMT); Lorena Ruiz García, de Nueva Alianza Tlaxcala (PanalT) y Emilio De la Peña Aponte, de Redes Sociales Progresistas Tlaxcala (RSPT), la bancada de Morena se incrementó de siete a 11 legisladores. Negociación entre “compinches” que derivó en la desaparición de las fracciones parlamentarias de FxMT y RSPT. Como premio de consolación se cedió la presidencia de la Mesa Directiva del segundo periodo ordinario de sesiones del primer año de la LXV Legislatura local a Reyna Flor Báez Lozano, de FxMT.

Acuerdo entre camarillas cuya beneficiaria directa es la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros y su estrecho círculo político integrado por los ex gobernadores Beatriz Paredes Rangel, Alfonso Sánchez Anaya y familiares, Marco Antonio Mena junto con su hermano Fabricio y ex funcionarios de su gobierno, así como políticos de los estados de Puebla y Morelos, además de la presunta operación que desde los oscuros sótanos ejecuta un siniestro personaje encarnado en el nayarita Víctor Joaquín Cánovas Moreno (PRI-PAN-Morena).

Por lo que hoy, más que nunca, el Congreso local no significa impedimento alguno para que se lleven a cabo toda clase de ocurrencias de la titular del Ejecutivo estatal en perjuicio del bien público; o bien, negarse a llamar a rendir cuentas a cuestionados secretarios de distintas dependencias, y peor aún, convertirse en legisladores “arietes”, como es el caso de la recién convertida neomorenista Lorena Ruiz García, quien el día de ayer presentó una iniciativas que atenta en contra de los artículos 6° y 7° de la Carta Magna que consagran que: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa…”. “Toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión”. (Artículo 6°) En tanto que el artículo 7° establece que: “Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares…”. Entre otras aberraciones presentes en la LXV Legislatura local al servicio de la gobernadora Lorena Cuéllar.

En el caso del Poder Judicial las cosas no son diferentes, es un secreto a voces o una certeza a gritos, que la llegada de Anel Bañuelos Meneses a la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), fue prácticamente una designación ordenada desde el Palacio de Gobierno, por lo que la sumisión a la mandataria estatal es más que evidente. Así lo demuestra, por citar un caso, el escándalo que a nivel nacional provocó el grosero nombramiento del ex chofer de Lorena Cuéllar, Alfredo Pérez Águila, quien recién titulado como abogado y sin ninguna experiencia profesional en el ramo fue designado como juez interino en el Juzgado Familiar Especializado en Asuntos Urgentes para Mujeres.

Ante las fuertes críticas y protestas de colectivos feministas y agrupaciones civiles, Pérez Águila fue destituido a los pocos días para ser adscrito como proyectista de Sala Interino en la Contraloría del Poder Judicial. Finalmente, el ex chofer de la gobernadora fue impuesto como director interino de Transparencia, Protección de Datos Personales y Acceso a la Información del mismo Poder. Es decir, el manto protector de Lorena Cuéllar se hizo presente, aunque la presidenta Anel Bañuelos Meneses haya quedado ridiculizada a nivel nacional. Pero eso qué importa.

De la presunta autonomía de los 60 municipios nada que decir, todos sometidos bajo los lineamientos dictados por la gobernadora, tanto alcaldes morenistas como de otros partidos políticos. Ninguno se mueve si no hay órdenes de “allá arriba”.

A diferencia de lo que pasa con la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, cuyo gobierno ronda en el 80 por ciento de aceptación, es decir, cerca de ocho de cada 10 mexicanos aprueban su mandato, en Tlaxcala, alrededor del 40% está de acuerdo con el gobierno de la ex priista, es decir, sólo cuatro de cada 10 la aprueba.

En resumen, el gobierno “totalitario” de Lorena Cuéllar Cisneros, con tres años y cuatro meses de transcurrido, está reprobado.