Raúl Contreras Flores
Dentro de las responsabilidades y compromiso social que rigen a los medios de comunicación se encuentra el de dar voz a quienes no tienen la posibilidad de ser escuchados, más aún cuando los gobiernos, mediante diversas acciones, ejercen un férreo control sobre de éstos; cooptación que impide que la ciudadanía esté debidamente informada de los abusos de poder, así como de las complicidades que se tejen con el poder económico y los liderazgos sindicales y sociales que atentan en contra de los más desprotegidos.
Al respecto, comparto un planteamiento de uno de los mejores periodistas que ha tenido nuestro país, Manuel Buendía Tellezgirón, quien fuera cobardemente asesinado el 30 de mayo de 1984, en el entonces Distrito Federal.
“El periodista es un ser social activo. Puede decirse que en alguna medida ejerce un liderazgo social. Aun no proponiéndoselo, el periodista influye sobre las circunstancias, los hechos, las conductas políticas, sociales, económicas de su país.” 20/III/79 (Cf. BUENDÍA, Manuel. “Ejercicio Periodístico”. Ed. Oceáno, Abril,1985, contraportada)
En este contexto, se exhiben parte de las denuncias, exigencias y comentarios publicados por diversos entes sociales en la red social de Facebook, en relación a la tragedia ocurrida el pasado miércoles 30 de octubre en la empresa siderúrgica propiedad de Grupo Simec, S.A.B. de C.V.