Raúl Contreras Floreso
Con la evidente intención de apuntalar las aspiraciones del bisoño alcalde capitalino, Alfonso Sánchez García, de convertirse en el próximo candidato “morenista” a la gubernatura del estado, la mandataria estatal Lorena Cuéllar Cisneros habría forzado la asistencia de la mayoría de los 45 alcaldes tlaxcaltecas que se reunieron el pasado miércoles 16 de los corrientes, para crear la llamada Asociación de Autoridades Municipales de Tlaxcala (Aamtlax).
Fue tal el interés de la ex priista de acudir a este evento para amadrinar a la naciente asociación, que desdeñó asistir a la celebración del 150 aniversario de la incorporación del municipio de Calpulalpan al estado de Tlaxcala. En su representación envió a un gris funcionario a la sesión extraordinaria pública y solemne en la que, con la presencia de los tres poderes del estado, Calpulalpan se convierte en la capital de la entidad tlaxcalteca por un día.
A diferencia de la Asociación Estatal de Presidentes Municipales creada a mediados del año 2002 a iniciativa del entonces alcalde capitalino, Héctor Israel Ortiz Ortiz, inicialmente conformada por más de 40 ayuntamientos, donde el objetivo central fue solicitar al gobierno neoperredista de Alfonso Sánchez Anaya apoyo para atender las demandas de sus respectivas comunas, así como solicitar incremento de las aportaciones tanto estatales como federales, en este caso se trataría de una asociación presumiblemente puesta al servicio de los intereses políticos de la dinastía tlaxcalteca encabezada por la dupla Cuéllar-SánchezAnaya, más las cuotas de poder por entregar a los grupos de Morelos y Puebla.
Tras el estrepitoso fracaso por querer imponer como su sucesora en la silla principal de Palacio de Gobierno a su esposa, la entonces senadora María del Carmen Ramírez García, hoy, nuevamente Alfonso Sánchez Anaya con el apoyo del aparato gubernamental neomorenista aspira a retomar el poder a través de su hijo, Alfonso Sánchez García. El mismo que, como titular de la naciente Secretaría de Infraestructura (SI) arrojó al río Zahuapan millones de pesos con los inservibles jardines sembrados en el lecho del afluente, aparte de los cuestionados gastos realizados en la remodelación del zócalo capitalino, la construcción de las canchas “playeras” de voleibol y las costosas obras de mantenimiento realizadas en plazas de toros con el mismo propósito, entre otras presuntas irregularidades en el manejo de los recursos públicos.
Así, a tres años de distancia del siguiente proceso electoral (2027), lorenistas junto con sanchezanayistas han iniciado actividades encubiertas para intentar mantenerse en el poder. La creación de esta asociación a modo, presidida por Alfonso Sánchez hijo, permitirá ejercer presión, o chantaje, desde la administración estatal a los ayuntamientos a través del manejo presupuestal, así como del sentido que habrá de darse a la dictaminación de sus cuentas públicas mediante un Congreso local dominado por la mayoría de diputados al servicio de los intereses de la pareja dinástica Cuéllar-SánchezAnaya. Por lo tanto, se prevé que la naciente asociación de alcaldes no será sino un mero ente político-administrativo bajo el control de la misma clase política de siempre.
La grave presencia de al menos dos grupos de la delincuencia organizada en la entidad, reconocida y difundida ampliamente por el gobierno federal, y que tiene agobiada a la población no es del interés de quienes hoy (des) gobiernan en Tlaxcala. Su negación es la mejor respuesta a la penetración de los grupos criminales en territorio tlaxcalteca.
Una clase política anquilosada, añeja, detenida en la mejor etapa del priismo, sólo que ahora cobijada bajo las siglas de Morena. Un partido que en Tlaxcala se ha convertido en un verdadero adefesio de la “izquierda”, en donde a partir de un desmesurado pragmatismo es posible encontrar oportunistas, arribistas, pseudoizquierdistas, conservadores y todo tipo de especímenes de diferente color que han traicionado los ideales del ex Presidente Andrés Manuel López Obrador.
No obstante, habrá que esperar las respuestas a estas ambiciones dinásticas que a su debido tiempo seguramente saldrán de Palacio Nacional y de la nueva dirigencia nacional de Morena. No perder de vista que la relación de la neomorenista Lorena Cuéllar Cisneros con la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no es igual que la que sostuvo con López Obrador, ni besos, ni abrazos, ni apapachos. Tampoco lo será con Luisa María Alcalde Luján, actual presidenta nacional de Morena, las facturas se tendrán que empezar a pagar.
Al tiempo.