A tres años de Gobierno de la Gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, los cambios que ha realizado en su gabinete y en diversas dependencias, son las muestras de que las personas contratadas para esas tareas no fueron las adecuadas y otros más que deberán ser sustituidos por obvias razones.
Si bien es cierto algunos de ellos salieron para buscar un espacio como representantes populares, no todos lograron el ansiado triunfo, con excepción de aquellos que con un papá ex Gobernador pudieron ganar aunque sea la alcaldía capitalina y así, poder saciar la ambición y los berrinches de una familia que insiste en ser la más poderosa de la entidad.
Por mencionar algunos que han sido de los más evidentes, ya van seis titulares de Seguridad Pública, dos secretarios de gobierno, tres voceros, dos titulares en la Contraloría, tres en la Secretaría de Movilidad y Transporte, dos en la Secretaría de Infraestructura, tres en el ICATLAX, dos en el FOMTLAX, dos en la Secretaría del Medio Ambiente y un sinfín de cambios de titulares en diversas dependencias de menor rango en la administración del Gobierno de Lorena Cuéllar
Entre esos cambios resaltan algunos que son torales y que tienen que ver con la gobernabilidad.
Para el caso de la SEGOB la llegada de Luis Antonio Ramírez Hernández, tras haber salido Sergio González Hernández para lograr lo inimaginable, ser Senador, el relevo no fue tan certero ya que a la fecha no se ha logrado la gobernabilidad que mucho se esperaba con ese cambio.
Y no creo que sea por falta de capacidad, más bien de conocimiento de cada una de las comunidades que conforman el Estado, porque no es lo mismo lo que se vive en el norte, en el sur, en el oriente ni el poniente, ni mucho menos en la zona centro del Estado.
Sin ser agorero del fatalismo, ya lo veremos en días próximos después de que los acaldes rindieron protesta al cargo y juraron por el osito bimbo SERVIR al pueblo que los eligió.
Habrá que esperar unos días para ver que algunos de los excesos en los que incurrieron algunos de los 59 alcaldes a quienes vimos realizar sus tomas de protesta, algunos de ellos incurrieron en algunos excesos.
Por ejemplo, el edil de Apetatitlán Ernesto Azaín Ávalos Marbán, quien llego bajo las siglas del Partido Alianza Ciudadana (PAC), un joven alcalde quien no tuvo empacho en demostrar para que chingao sirve el poder y obvio el dinero público.
Las invitaciones que envió para su toma de protesta, fueron ofensivas para un pueblo que aspira a tener gobernantes comprometidos que no lleguen a robarse el dinero ni los terrenos para las hijas, y mucho menos que hagan gala del poder que se les confirió.
Botella de vino, folletos, invitaciones personalizadas solo para la clase política y amigos, lo grave es que, el pueblo que llevo al triunfo al edil no fue invitado a tal celebración.
Habrá que estar atentos para conocer los procesos legales que se les finquen a aquellas ratas peludas que no hicieron bien las cosas y deben estar en prisión hasta que paguen el daño millonario que hicieron a su pueblo.
Así que por lo menos una veintena de alcaldes salientes tienen un pie en la cárcel, siempre y cuando la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción (FECC) no le tiemble la mano para proceder en contra de esos malos servidores públicos que se chingaron la lana.
Y aunque hay alcaldes que se ufanaron que salieron más limpios que el agua, que no se les olvide que utilizar recursos públicos para fines diferentes y quedar a deber un peso o varios millones de pesos deben ser sancionados por la Ley, ¿oh no?
A Lorena Cuéllar le URGE UN VOCERO
Y de regreso a los cambios en el gabinete de la Gober, el relevo de Augusto Ramírez, por Octavio Ortega, seguramente será otro desatino de la mandataria estatal.
Nadie me lo pregunto, pero a la Gobernadora lo que le hace falta, es un operador en medios, que conozca a la perrada, que tenga poder de decisión y que le presente un escenario real de cuál es la percepción de los medios sobre el trabajo que realiza porque tampoco se trata de un juego entre tirios y troyanos.
De lo contrario, de nada servirá que traiga al mejor estratega del país, si en los hechos le siguen maquillando la realidad a la mandataria.
Lo peor es que, sigue escuchando a quien no debe escuchar y lo más grave aún, es que la Gober se deja influenciar por los chismes que por conocer de primera mano la cruda realidad.
Creo que valdría la pena dejar de pagar cifras millonarias en medios nacionales, regionales y hasta locales, si la percepción ciudadana sigue siendo la misma, un gobierno corrupto, mentiroso, insensible y represor.
De lo contrario, seguirá pasando lo de siempre, el día que se le ocurre dar cifras halagüeñas, la realidad del Estado opaca las comparecencias evidentemente amañadas en donde no se aborda la grave inseguridad que priva en la entidad por ejemplo y la falta de acciones orientadas al pueblo de Tlaxcala.
Y si es que hay, no se ven y no las saben cacaraquear, porque sus boletines tan largos como la cola que se carga varios funcionarios, la verdad, dan hueva leerlos.
Veremos que mentiras nos cuentan en el tercer informe de gobierno…
Mientras, que viva la censura…
Gracias por su solidaridad queridos lectores, amigos y familiares, la persecución e intimidación no cesan en un Gobierno que juró y perjuró que en Tlaxcala se respetaría el trabajo periodístico.
Un gobierno que al inicio de esta administración resaltó que no habría consentidos ni perseguidos que, en los hechos tampoco fue verdad.
Pese al PELIGRO que representa ser periodista con una línea crítica, vamos a seguir en esta trinchera en espera de que el actuar de las autoridades inmiscuidas no sea tardío, aunque les tengamos que hacer la chamba en parte.