Ante el inminente inicio del llamado “Plan C”, la oligarquía nacional y extranjera presiona mediante los mercados financieros

Raúl Contreras Flores

La presión de la oligarquía nacional y extranjera sobre Claudia Sheinbaum Pardo, virtual presidenta electa de México, ya dio inicio a través de los mercados financieros.

Tras la catastrófica como inesperada paliza que recibiera la coalición “Fuerza y Corazón por México”, liderada por el empresario Claudio X. González, cabeza visible de esos grupos de presión, de inmediato los mercados financieros reflejaron la depreciación del peso mexicano frente al dólar, como reacción a la preocupación de los inversores dada la alta probabilidad de que Morena obtuviera la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, lo que le permitiría concretar las reformas constitucionales contempladas en el proyecto lopezobradorista, el llamado “Plan C”. Hasta el momento, el partido en el gobierno y aliados contaría con mayoría calificada en la Cámara de Diputados, y estaría a sólo dos escaños para lograr este mismo propósito en la Cámara de Senadores.

En medio de esta volatilidad financiera-especulativa, los inversores se pusieron atentos a la espera de los resultados que arrojara el primer encuentro sostenido entre el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, el cual se dio el día de ayer, en donde se presume abordarían, entre otros asuntos, el tema de las reformas constitucionales.

Y, así fue, posterior a la reunión, en rueda de prensa Claudia Sheinbaum anunció que a las 20 reformas que López Obrador envió al Congreso el pasado mes de febrero, sumará cuatro más: ofrecer apoyo económico a las mujeres de 60 a 64 años de edad; otorgar beca universal para todos los estudiantes de educación básica pública; eliminar la relección; y reformar la Ley del ISSSTE del 2007.

A estas cuatro se sumaría la “madre” de todas las reformas, en efecto, la reforma constitucional al Poder Judicial de la Federación. Las cinco formarían el primer paquete para ser avaladas en el primer periodo de la próxima legislatura. Esto significa que existen altas probabilidades de que esta reforma que causa tanto temor entre la oligarquía -delincuentes de “cuello blanco”-, pueda ser aprobada días antes de que termine el mandato de López Obrador.

La respuesta a tal pronunciamiento vino de inmediato, la mañana de este día nuestra moneda se depreció, el tipo de cambio spot se ubicó en 18.4725 unidades por dólar; en tanto que el día de ayer, de acuerdo con información oficial del Banco de México (Banxico), cerró en 18.2930 unidades, lo que significó una caída de 17.95 centavos, equivalentes al 0.98 por ciento.

De esta manera, los mercados financieros locales y extranjeros a la cabeza, tratan de presionar y chantajear al gobierno que habrá de iniciar el próximo 1 de octubre, al intentar incidir en asuntos internos del país, propios del gobierno de la República.

En esta multicitada reforma se plantea que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), magistrados y jueces sean electos mediante el voto popular, propuesta a la que se oponen esos grupos económicamente poderosos, aquellos que por décadas se han beneficiado de la corrupción e impunidad campeante entre los “impartidores” de la justicia, protectores también de las bandas de criminales, algunos de cuyos principales líderes han sido puestos en libertad a pesar de los graves señalamientos en contra debido a su peligrosidad.

Por su parte, los medios conservadores ya hicieron suya esta campaña de presión, y a través de periodistas, columnista y analistas predicen un futuro desastroso para el gobierno de Claudia Sheinbaum si se consuman las reformas constitucionales.

Sólo un dato: no olvidar que 35.9 millones de mexicanos el pasado 2 de junio avalaron con su voto también el llamado “Plan C”.