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Uno de los modos de operación de las “bandas transgresoras de la ley” en los cajeros automáticos

Uno de los modos de operación de las “bandas transgresoras de la ley” en los cajeros automáticos

Raúl Contreras Flores

Lo que a continuación narraré es una experiencia personal que, deseo, sirva de ejemplo para evitar que usted, amable lector, se convierta en una más de las víctimas que a diario caen en las garras de la delincuencia organizada, rebautizada por el secretario de Seguridad Ciudadana, el capitán de navío Alberto Martín Perea Marrufo, simplemente como “banda transgresora de la ley”.

Hechos:

El pasado sábado 1 de junio del año en curso, justamente hace una semana, alrededor de las 17:15 horas ingresé al área de cajeros automáticos del banco Santander, ubicado en la avenida Juárez en la ciudad capital. En efecto, el que se encuentra junto al emblemático Teatro Xicohténcatl y a escasos 50 metros del Palacio de Gobierno.

Ahí se encontraban un sujeto y una fémina, cada uno frente a un cajero. Al momento de pararme frente al cajero que estaba en medio de ambos y tratar de realizar la operación para retirar dinero, la delincuente me dice, palabras más palabras menos: “Ese no da dinero, pásese a este, yo ya retiré”. Al momento de intentar introducir mi tarjeta la misma delincuente me “recomienda” limpiar la banda del plástico porque “con la grasa que tiene se puede quedar atorada”.

Al pretender limpiarla se me acerca y prácticamente me la arrebata, la frota varias veces contra su pecho y me la entrega. Enseguida sale del banco, mientras su cómplice permanece en el cajero donde lo encontré.

Inserto el plástico, tecleo mi NIP y sale el aviso de que la tarjeta ha sido retenida por contar con reporte de robo. Reacciono de inmediato y me doy cuenta que he sido víctima de un robo; lo primero que se me ocurre es reportar este delito ante el banco para bloquear la tarjeta, pero, resulta que debido a las innovaciones tecnológicas todo trámite se debe realizar vía digital. Al marcar un número telefónico, conseguido en ese momento, me piden el número de la tarjeta o número de cliente o número de contrato. Imposible tenerlos a la mano o en la memoria. Reconozco que, debido a mi analfabetismo digital, desconocía que desde el teléfono celular, a través de la aplicación del banco podía bloquear la tarjeta. Demasiado tarde.

Vale comentar que al momento de ingresar mi NIP, el delincuente que se encontraba en el otro cajero se paró detrás de mí a una distancia aproximada de dos metros.

Entre 10 y 15 minutos después de que me cambiaran la tarjeta fueron suficientes para que esta banda de delincuentes vaciara mi cuenta. Otro dato curioso es que, en este lapso de tiempo, entró un individuo y retiró dinero de ese cajero que, presuntamente, “no servía”.

Al hacer del conocimiento del gerente del banco este hecho delictivo, su respuesta fue que es “prácticamente imposible” identificar y detener a estos delincuentes, ya que se van rolando en los diferentes bancos en todo el estado para cometer sus fechorías. En otras palabras, estas bandas de delincuentes van a seguir operando con toda impunidad en Tlaxcala sin que ninguna autoridad las pueda poner tras las rejas.

Deseo sirva de algo esta desagradable experiencia para que usted no se convierta en la próxima víctima de los grupos delincuenciales organizados existentes en el territorio tlaxcalteca, negados por Perea Marrufo –el mismo que no pudo impedir la muerte de dos elementos policíacos- a quienes eufemísticamente llama “bandas transgresoras de la ley”.

Recomendaciones, si es que se valen: 1) Nunca acuda sólo al cajero si las oficinas del banco ya están cerradas; 2) Revise muy bien quienes se encuentran a su alrededor; 3) Nunca permita que ninguna persona extraña a usted tome entre sus manos su tarjeta bancaria; 4) Aprenda a bloquear su plástico desde su teléfono celular.

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