POR: Mario Alberto Macías Palma
Sin duda es lamentable el caso de un deceso como resultado del delito de secuestro, no hay forma de atreverse a cuestionar el enojo y sufrimiento de los deudos, tampoco la indignación social, pero el uso electoral de la tragedia parece otro tipo de vileza, pero al final inescrupuloso.
Reitero, jamás cuestionar a los familiares del empresario huamantleco que perdió la vida a manos de sus secuestradores, y están en legítimo derecho de pedir justicia, la cual ya se está procurando al tener presos y en juicio a los presuntos responsables, dicho sea de paso.
Pero el hecho de que sean azuzados por un candidato a que ataquen a otro aspirante electoral, parece fuera de lugar, porque fue burda la forma en que el aspirante de Fuerza Por México a la alcaldía de Huamantla, Humberto Hernández, concatenara su rueda de prensa con la conferencia que da la familia de la víctima, casi a la misma hora y casi en el mismo lugar.
Vaya que hasta esplendido se vio el autodenominado candidato “güero” al contratar “30 desayunos para la prensa” en famosa cafetería de la capital, a escasos 30 metros de donde él también hablaba ante los medios informativos, quien sabe quién financiando a quién.
Se vale pedir justicia, denunciar la injusticia, pero darle uso electoral desvirtúa el reclamo.
HABLANDO DE JUSTICIA Y POLÍTICA ELECTORAL
No sería la primera vez en la historia política local, nacional o allende fronteras, pero sí es algo que se venía erradicando con el avance de los derechos humanos, utilizar la cárcel, hoy llamados Centro de Reinserción Social (cereso) para la venganza política, el desquite personal o despejar el camino electoral.
Teníamos algunas muestras, pero con la detención del presidente municipal de Zacatelco, al parecer orquestada por el responsable de la política interior en Tlaxcala, ya se retomó el método de usar la fuerza judicial para cobrarse las afrentas al Poder.
Antes que nada, aclarar que no es defensa del alcalde sureño Hildeberto Pérez Álvarez, eso corresponde a su abogado, sino denotar como la práctica de persecución política por la vía penal, pasando por la legislativa, apresurando la jurídica y escudándose en la administrativa, perdía vigencia y menos en tiempo electoral.
Parece puro pretexto si se toma en cuenta que un tercio de alcaldes actuales denunció a sus antecesores sin que a la fecha haya progresado ninguna carpeta de investigación, bueno una sólo una, la de Calpulalpan, donde casualmente no fue el alcalde quien acusó a su antecesor, sino que fue el Órgano de Fiscalización Superior (OFS).
Precisamente fue Hildeberto Pérez Álvarez uno de los que interpuso sendas denuncias contra su predecesor Tomás Orea Albarrán ante las mismas autoridades que ahora lo procesan, mientras que el acusado desde hace tres años anda felizmente libre, nunca detenido ni presentado ante el MP, ni siquiera citado a declarar a pesar de claras practicas que podrían a considerarse corrupción.
La Procuraduría General de Justicia debe aclarar porque trabaja tan rápido en los casos que involucran a los considerados adversarios de la administración estatal o del grupo político en el Poder Ejecutivo, o tal vez enemigos de algunos funcionarios específicos solamente.
Es claro que el secretario de gobierno, el funcionario que por antonomasia debe armonizar la relación con los actores políticos como los alcaldes, contrariamente se ha dedicado a abrir frentes de confrontación con quienes considera hostiles al gobierno, al grupo lorenista o a él mismo, y aunque se lo venda a la gobernadora como contrarios a ella, son conflictos de carácter personal.
Asimismo el candidato del Partido del Trabajo en a la alcaldía de Nanacamilpa, Jesús Joel Rodríguez, denunció que fueron por él con Policía Ministerial, Guardia Nacional y Marina, cual peligroso capo, pero al no poder justificar la acción judicial, no se fue limpio y le echaron a la Coeprist contra su hotel para sancionarlo por “unas colillas de cigarro”.
Raro que sean sus otrora aliados que en 2021 y abonaron a que fuera “la más votada”, uno de Nueva Alianza otro del Verde y otros más del PT, los que ahora ya estén en bajo la “espada de Damocles”, pues entonces que esperar, que ahora vayan por los ediles rebeldes.
¿Esperamos que ahora vayan por el edil licenciado huamantleco por que no bastó el golpe dado?,
¿O por el único diputado detractor, el del PRD, o por la priista también zacatelquence, por respondona?
¿Veremos al cachorro Hildeberto saliendo del cereso una vez que pase la elección de su hijo?
La persecución política con la cárcel como instrumento sancionador no es sano para ninguna sociedad en ningún momento, la justicia selectiva y con dedicatoria es signo del miedo de la autoridad, de autoritarismo y ambición política, porque el uso de la justicia con alevosía, solo lleva a una descomposición degenerativa, como la que se asoma con estas aprehensiones ventajosas.
Esgrima…
Esto me recuerda el viejo adagio del alemán Martín Niemöller al reconocer su silencio y pasividad ante el surgimiento y desarrollo del nazismo
Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé por porque no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío.
Luego vinieron por mí, y para entonces no quedaban nadie que hablara en mi nombre.
Estoque…
La Clave. El cachorro dijo al deudor: “Tú me la pelas”; Luis Antonio Ramírez respondió con la fuerza del Poder.
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