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A propósito de la cancelación de la visita de Claudia Sheinbaum a Tlaxcala

A propósito de la cancelación de la visita de Claudia Sheinbaum a Tlaxcala

Raúl Contreras Flores

Son varias las interpretaciones que da la clase política local a la repentina cancelación de la visita a la entidad tlaxcalteca de Claudia Sheinbaum Pardo, candidata presidencial de Morena-PT-PVEM, cuyo arribo estaba programado para el día 30 del recién terminado mes de abril; no obstante, todas coinciden en un punto nodal: el desastre político-social que se vive bajo el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros, para algunos, el peor de los últimos 40 años.

A la traición cometida al proyecto político encabezado por la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y subirse al del fallido aspirante Adán Augusto López Hernández, se suman innumerables actos de corrupción, impunidad, nepotismo, tráfico de influencias y el creciente índice real de inseguridad que permea en todos los rincones del territorio tlaxcalteca. Hechos que han quedado expresados en el resultado de una de las últimas encuestas de evaluación aplicadas, en donde Cuéllar Cisneros fue aprobada apenas por el 54.6% de las personas consultadas, después de gozar de altos porcentajes de aprobación de su mandato.

Un Congreso local sometido a sus caprichos y ocurrencias le ha permitido contar con la aprobación de reformas constitucionales vía rápida que van en contra del interés público, en contra del interés de los tlaxcaltecas, entre otras: imponer a su ahijado como secretario de Gobierno; contar hasta por 12 años de protección con escolta para ella, su familia, su cónyuge y persona concubina (sic), después de dejar el cargo; igual período de protección para ex servidores públicos de los poderes Ejecutivo y Judicial que hayan participado en actividades relacionadas en materia de seguridad ciudadana y procuración e impartición de justicia. La aprobación para concesionar a empresas particulares la planeación, el diseño, administración y construcción de futuros tramos carreteros, como el libramiento de Calpulalpan. La inminente transformación -sin mayor análisis y sin cumplir con los tiempos necesarios preestablecidos- de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en Fiscalía General de Tlaxcala (FGT), lo que conducirá simplemente a realizar un cambio de nombre, por lo que se mantendrán las mismas irregularidades y deficiencias con las que actualmente opera la dependencia encargada de procurar justicia a los tlaxcaltecas. La reciente desaparición del Instituto Tlaxcalteca para Personas con Discapacidad (ITPCD), para poner esas funciones en manos de una de sus hijas a través de la Secretaría de Bienestar de Tlaxcala, cuyo presupuesto del presente año ronda alrededor de los 527 millones de pesos.

A todo ello se suman los negocios turbios que desde el inicio de este sexenio se han hecho presentes al amparo del poder, como las concesiones, renta o préstamos de hoteles, la azotea del Museo de Arte de Tlaxcala, el malogrado Autotrén y Radio Altiplano, además del incierto futuro que le depara a la televisora estatal.

En el ámbito social los problemas no son menores, a dos años ocho meses de gobierno de la ex priista, suman alrededor de 250 protestas de diferentes sectores sociales: padres de personas no localizadas; familias que exigen justicia ante feminicidios; trata de personas; estudiantes normalistas; movimiento de colectivos feministas; burócratas; sindicatos magisteriales; campesinos; problemas poselectorales no resueltos; asesinatos y ejecuciones directas; asaltos y robos en domicilios y carreteras; entre otros. Sin dejar de lado, por supuesto, el lamentable fallecimiento de tres personas ocurrido en el municipio de Zacatelco, entre ellos, dos policías linchados.

Y, mientras la campaña electoral transcurre hacia la meta del próximo 2 de junio, Lorena Cuéllar se aparta de la candidata presidencial y prácticamente da la orden a su mesnada de no acompañar en las giras de trabajo a los senadores Ana Lilia Rivera Rivera y José Antonio Álvarez Lima, quienes van en busca de su reelección, piezas clave en el Senado de la República para el proyecto de gobierno de Claudia Sheinbaum.

Contrariamente, alienta a sus pajes a continuar en la contienda electoral bajo las siglas del PVEM, desde donde se ataca con vulgaridades al partido creado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Quizá este somero análisis contribuya un poco a entender por qué Claudia Sheinbaum decidió no visitar en estos momentos la entidad que tantos votos dio a López Obrador.

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