Regresan madrinas a la PGJE, los disfrazan de barrenderos

Juan Gerardo Jiménez G.

Un poderoso trabajador de limpia a las oficinas que ocupa la agencia del Ministerio Público en el municipio de San Pablo del Monte dependiente de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) usurpa funciones por aparentes órdenes del comandante de grupo de nombre Fortino “N” quien se siente más que el director de la Policía de Investigación y se avienta la puntada de amenazar con encarcelar a litigantes y población que acude a realizar trámites.

Fue la mañana de este martes en la dependencia oficial al filo de las 10:00 horas, cuando un litigante usó el estacionamiento lo cual no gustó al poderoso agente de investigación por ser un área exclusiva solo para unidades oficiales, solo que en los hechos, el servidor público se contradijo ya que usa el mismo espacio con unidad particular.

De acuerdo a la versión del denunciante, refirió que; “Fortino me obligó a sacar mi vehículo del estacionamiento de San Pablo del Monte, pero él llega a bordo de un vehículo particular tipo Atos  color plata, el cual no es oficial y me dice que haría su él llega a mi casa y se mete, le comente que no ponga ejemplos burdos”

El altanero funcionario dejo entrever que, cuenta con todo el poder para privar de la libertad a quien se oponga a sus órdenes; “me dijo que haría si cierra la reja y ya no me deja salir, le dije que eso se llama privación ilegal de la libertad y muy enojado comento que con gente ignorante no puede lidiar…”

Por lo anterior, el abogado de profesión reconoció que se encontraba en un inmueble público y no es la primera ocasión que hace uso de ese espacio el cual no afecta el desempeño de las funciones de quienes laboran ahí.

Sin embargo, este martes se topó con el gandalla comandante quien se sintió menos porque llegó en un modesto Atos y en el lugar se encontraban unidades con un valor comercial muy superior al de su modesto automóvil, por lo cual ordenó al trabajador de limpieza que echara del inmueble al litigante ya que no soportaba que tuviera un carro mejor.

Ni tardo ni perezoso, el modesto barrendero encaro al abogado y le ordenó que sacar su unidad ya que de lo contrario mandaría a traer una grúa y además sería encarcelado por órdenes de su superior, el comandante Fortino.