Por Isael Pérez Olivier.
La administración de Lorena Cuéllar Cisneros cruzó la línea de fuego del Día Internacional de la Mujer y se enfila a la elección del 2 de junio en medio de una vorágine de reclamos por la nula respuesta a sus demandas.
Esta vez no fue necesario la confrontación cuerpo a cuerpo entre granaderos y las manifestantes, ni tampoco se vació el almacén del gas lacrimógeno de la Secretaría de Seguridad Ciudadana para apaciguar los ánimos de los contingentes y solo se registraron daños materiales en monumentos y edificios públicos.
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