Lorena Cuéllar retomó el control de su administración…

Por Isael Pérez Olivier

Bien dicen, que para echar mentiras y para comer pescado: hay que tener cuidado. Una frase muy ad hoc para entender lo que ocurrió la semana pasada en el ámbito político local, pues la Gobernadora de Tlaxcala no sólo salió tarde, sino que salió mal para intentar justificar su ausencia en los quehaceres propios de su alto encargo.

Y es que, mediante lo que se denomina una falacia de autoridad; fijando una postura oficial sobre el tema para evitar que se cuestione la información proporcionada, señaló, que su desaparición de la escena pública, por más de un mes, se debió, no a un procedimiento de encapsulamiento de un padecimiento maligno, ni a un procedimiento estético en el rostro que le obligara a usar cubrebocas en sus últimas apariciones; sino a que, en todo ese tiempo, mantuvo reuniones a puerta cerrada con los integrantes de su gabinete con los que “arrastró el lápiz” para ajustar algunos asuntos presupuestales; incluso dijo, haberse reunido con Diputados locales con quienes trató temas sobre algunas leyes preferentes.

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