Andrés A. Solis*
Por ahí del 2006 o 2007 recibí una llamada de un amigo y colega para comentarme que él y otro periodista habían sido despedidos de TV Azteca Morelos.
El propio gerente de la filial de la televisora terminó confesando que personeros del ex gobernador panista Marco Antonio Adame habían condicionado la renovación de un jugoso convenio de publicidad a cambio de que los dos periodistas abandonaran la empresa porque eran demasiado incómodos para el poder local, acusado por cierto, de tener vínculos con el grupo criminal encabezado por los hermanos Beltrán Leyva.
Historias como esta se repinten por decenas a lo largo de la historia en decenas de medios de prensa en todo el territorio nacional, desde grandes medios como aquel caso de Excélsior en 1976, hasta medios modestos en pequeñas localidades.
Yo mismo fui víctima de un suceso así, cuando 30 periodistas del periódico México Hoy fuimos despedidos por no querer hacer periodismo a favor del ex gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado, acérrimo enemigo del presidente en turno.
Y sí, fue ese periódico México Hoy, perteneciente al Grupo Cantón, hoy gran aplaudidor de palacio.
Hoy la salida de la conductora del noticiario estelar de Milenio Televisión despertó las acusaciones, hasta hoy sin evidencia periodística, de que el presidente presionó para que esto sucediera.
Por otro lado, en uno de sus simpáticos arranques, el presidente exige a la periodista y a Grupo Multimedios, empresa propietaria de Milenio, que expliquen los motivos de la terminación de esta relación laboral.
En principio hay que aclarar que nadie tiene la obligación de explicar por qué terminó su relación laboral con alguna empresa o dependencia pública, social o privada, así como tampoco ninguna empresa privada tiene por qué explicar sus motivos para prescindir de los servicios de alguien.
En todo caso el presidente sí tiene la responsabilidad política de informar por qué hace sus nombramientos o por qué pide a alguien la renuncia y eso hasta ahora, nunca lo ha hecho.
La salida de Azucena Uresti llama la atención por el momento en que se da, en medio de un proceso electoral, pero eso sucede en todos los medios cada que hay elecciones.
Lo que sí, es que las y los periodistas que puedan tener la duda fundada de que hubo presiones gubernamentales para esa salida, tendrían el deber profesional de investigarlo y documentarlo y conste que aquí no defendemos al presidente, que en general es indefendible en su relación con la prensa.
Sería preocupante sí, que desde Palacio Nacional haya habido presiones para que la conductora abandonara Milenio TV, pues en varias ocasiones ella fue víctima de las ofensas, agresiones y descalificaciones, incluyendo violencia en razón de género, por parte del presidente de México.
PD. Cuando colegas reproducen la supuesta lista de periodistas despedidos por supuestas presiones presidenciales e incluyen al publicista Carlos Alazraki y a un payaso como “Brozo”, entonces estamos jodidos como gremio.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:05 hrs., por Radio Educación.