Aporte para el debate de los jardines sembrados en el lecho del río Zahuapan (Primera parte)

Raúl Contreras Flores

A pesar de que ya se han hecho numerosos comentarios respecto a la ocurrencia del gobierno lorenista de colocar áreas jardinadas en el lecho de uno de los cinco ríos más contaminados del país, tal como lo es el río Zahuapan, es necesario debatir más a fondo este tema, sobre todo porque tiene que ver con el uso de los recursos públicos y los problemas que, en un futuro muy cercano, más que generar beneficios, esta sui géneris obra pública pudiera provocar, paradójicamente, más conflictos de carácter socio-ambiental.

Para el llamado proyecto del Corredor Urbano del Zahuapan se contempló, entre la construcción de espacios recreativos, educativos y de convivencia familiar, la siembra de determinado tipo de plantas para ayudar a la oxigenación del agua y disminuir los malos olores y, a largo plazo, de acuerdo a lo estimado por el secretario de Infraestructura, Diego Corona Cremean, combatir la contaminación. Tema este último sobre donde se propone centrar el debate.

Al respecto, cabría cuestionar si el citado funcionario conoce el lugar de nacimiento y extensión del río Zahuapan; los municipios por donde atraviesa; si existen plantas de tratamiento y cuántas de éstas funcionan; pero, lo más importante, si tiene conocimiento acerca de quiénes provocan su grave contaminación.

Aquí la información: se calcula que el río Zahuapan tiene una longitud de 120 kilómetros; por lo menos 34 municipios realizan descargas de manera directa o indirecta; la mayoría de las plantas de tratamiento están fuera de servicio por falta de recursos; y, los responsables serían: Además del crecimiento poblacional, en su mayoría son las industrias de autopartes, metalúrgicas, metalmecánica y textileras, las responsables de arrojar agua contaminada con compuestos volátiles tóxicos al Zahuapan, por lo que acompaña al Atoyac, Atlixtac, y al de Atenco como los más contaminados de todo México. (http://www.agua.unam.mx/…/nacion…/not_nac_enero15_2.html)

En este mismo trabajo de investigación se establece que: De manera alarmante rebasa los límites permisibles previstos en la norma 001-Ecol-1996, toda vez que arrastra, entre otras sustancias toxicas, productos usados en la industria textil, cloroformo, detergentes, metales pesados, sólidos suspendidos y excremento.

Y que: La norma prevé 26 parámetros que deberían regular los materiales contaminantes presentes en el agua y los límites permisibles, pero las muestras levantadas por el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, en diferentes puntos del río, revelan estándares muy por encima de los previstos.

El mismo documento señala que la banda bioquímica de oxígeno está rebasada en un 500 % de lo que prevé la norma y en cuanto a la presencia de aceites o grasas supera el 70 %, amén de la presencia de cloroformo, cloro de metileno, tolueno y bencenos, este último está categorizado como sustancia potencialmente cancerígena en las normas de salud.

PRIMERA OBSERVACIÓN

Si hablamos de que el río Zahuapan tiene una extensión aproximada de 120 kilómetros, que es uno de los cinco ríos más contaminados de México y, por lo tanto, más peligrosos, ¿cómo será posible disminuir su contaminación con la siembra de plantas en apenas dos o tres kilómetros de su cauce? ¿Y el arrastre de sustancias altamente tóxicas que trae desde su nacimiento? ¿Y las descargas directas o indirectas que recibe de alrededor de 34 municipios del territorio tlaxcalteca? ¿Y la responsabilidad de las empresas que arrojan agua contaminada?