Por: Raúl Contreras Flores
Ante los severos cuestionamientos pronunciados por tres o cuatro periodistas y columnistas no alineados al Poder, respecto a la larga ausencia de la escena pública de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, este día su pésima área de “comunicación” hizo aparecer en al menos dos medios, uno impreso y otro digital, una imagen en la que aparece la mandataria encabezando, “como todos los días”, importantes reuniones para la construcción de paz y seguridad, en las que participan las diferentes fuerzas de seguridad, tanto locales como federales, en la entidad.
Desde su última aparición en un evento público, fechado el 13 de diciembre pasado, a propósito de su asistencia al informe de actividades correspondientes al 2023 de Mary Cruz Cortés Ornelas, presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) y del Consejo de la Judicatura, hasta este día se volvió a tener una escueta noticia de la titular del ejecutivo local.
Mucho se ha especulado acerca de su estado de salud, por lo que son varias las versiones que desde el anonimato han hecho circular, sin que a la fecha exista un pronunciamiento oficial que aclare o ponga fin a la interminable ola de rumores.
Independientemente de la gravedad o no de su estado físico y mental, si está enferma o goza de cabal salud, es necesario que Lorena Cuéllar Cisneros, como gobernadora constitucional del estado de Tlaxcala, de cara al pueblo ofrezca una explicación clara y precisa del porqué de su ausencia de la vida pública por más de 33 días, sin que se supiera nada de sus actividades relacionadas con el cargo que ostenta. Hecho que por sí mismo sería violatorio a la Constitución Política local.
Pasaron fechas simbólicas que en otras circunstancias no hubieran sido desaprovechadas por la gobernadora para su lucimiento personal, como las fiestas de Navidad, Año Nuevo, Día de Reyes; o bien, salir a informar de temas delicados como los vividos en la SEPE-USET o la reciente denuncia ciudadana del tráfico de personas que se realizaba en Cuaxomulco.
El pueblo de Tlaxcala merece conocer el estado de salud de la gobernadora, con total transparencia, sin maquillajes ni boletines oficiales que intenten ocultar oscuras realidades.
