POR: Mario Alberto Macías Palma
La lucha interna por las candidaturas de Morena está llevando a algunos a una verdadera estulticia a falta de argumentos, ya no se diga por el nulo talento político, dando tumbos, haciendo el ridículo u operando guerra sucia.
En primer plano está el primer distrito federal electoral de Tlaxcala, donde Luis Vargas, uno de los aspirantes cayó no sólo en una fijación contra otro aspirante, sino en la traición a la convocatoria que exige la no agresión entre aspirantes, sin simulaciones ni con intrigas, por demás cobardes.
Este Luis Vargas González, es el mismo que por esa misma fijación contra quien ya le ganó en tres ocasiones, lo llevó a generar un conflicto en el municipio de Ixtenco que terminó por lacrar a su jefe, al entonces gobernador Marco Mena, con el único sello de ingobernabilidad de su sexenio.
Hoy la gobernadora Lorena Cuellar corre el riesgo de terminar embarrada por una intriga más de Vargas González, su empleado por ser representante de su gobierno en Ciudad de México, ya que es la mandataria quien responde ante Morena a nivel central por los candidatos propuestos al Congreso de la Unión.
¿Y qué va a decir Lorena Cuellar de este aprendiz de político? ¿Que basó su campaña en desprestigiar a sus contrincantes para avanzar en la encuesta al ser un perfecto desconocido ante la población? En mal momento la mandataria le autorizó a Vargas registrarse en el proceso interno porque de todos, es el único que recurre a la intriga y la simulación, pero su sello lo delata.
Muy fácil y sencillo se detectó la guerra sucia que emprendió el titular de la representación de la Casa Tlaxcala en CDMX, pues tiene una fijación en Miguel Ángel Caballero Yonca, a quien ha adoptado unilateralmente como su némesis, pues Luis Vargas persigue al expresidente municipal de Ixtenco a donde va, aunque el diputado local le gané una y otra vez la partida política.
Astuto, pero no inteligente, quien fuera funcionario de Marco Mena en el Sepuede e Icatlax, en vez de dar resultados positivos en su dependencia, terminó por financiar a un grupito de paisanos de Ixtenco para desestabilizar ese municipio, aliado entonces con la sindico Lucia Rojas y el primer regidor, quien ni merece nombrarse, los llevó a ambos a estar denunciados por desvío de recursos hacia, precisamente, gente de Vargas.
Esa trama se le descubrió en este espacio periodístico ampliamente a Vargas hasta que lo corrió Marco Mena, y a pesar de que el concedió la graciosa huida al enviarlo de director al Cecyte, este señor ni tardo ni perezoso, en un fin de semana que duró su encargo, traicionó la confianza del entonces gobernador, denunciando corrupción que no comprobó.
Apestado en la administración estatal pasada, corrió a venderse con la superdelegada del Bienestar, Lorena Cuellar, a través de quien fuera su vocera, Angélica Domínguez, quien, dicho sea de paso, ojalá no siga de solapando a quien solo causa problemas, y puede dejar mal parada a la gobernadora, quien le permitió a entrar a su gobierno y a su esposa ser diputada local.
Vargas se hizo de la franquicia en Tlaxcala del Partido Fuerza por México, usurpando un liderazgo en la Canaco, así como los fraudes que hacía con cursos a aspirantes a empresarios, donde sorprendió al senador Pedro Haces, quien le frustró la venta de la candidatura a gobernador que había hecho a pero que el potentado de ese partido tiró viniendo a imponer a su ahijada Viviana Barbosa como candidata a gobernadora.
Y esta historia del Varguitas tlaxcalteca no acaba. Pero será en otra ocasión que abundemos en el “primo político” de la esposa de Héctor Ortiz, a ver si no embarra también a los PAC´s.
Esgrima…
En los demás distritos federales, así como en la senaduría hay que detenerse a analizar más que las posibilidades, las señales y los discursos de quienes deciden y de quienes tienen voz en la asignación de candidaturas en Morena, que son las ganadoras.
Sin embargo, adelantaremos una depuración de las largas listas de aspirantes:
Senado: José Antonio Álvarez Lima, Ana Lilia Rivera, Dulce Silva, Alfonso Sánchez García y Oscar Flores. De ahí salen algunos con suplencia.
Distrito 1.- Si hay negociación con PT, Lorena Ruiz, si no. Miguel Ángel Caballero Yonca.
Distrito 2.- Vicente Morales tiene toda la confianza y posibilidad.
Distrito 3. A Catalina Flores Hernández, “Catita” y a Jovany Ixtlapale se las deben, ya se sacrificaron en la pasada elección, hoy uno de los dos están por encima de los neoaliancistas del partido local.