Por: Mario Alberto Macías Palma
“Dame solo obras” (Secretaría de Infraestructura); pediría Alfonso Sánchez Anaya a la entonces a la gobernadora electa Lorena Cuellar, como parte del apoyo político-electoral para que ésta cumpliera su sueño de ser digna descendiente de dos gobernadores.
Pues sí, donde más dinero hay. Pues que más iba a querer un experimentado exgobernador, en cuyo gobierno vio como “se levantó” Javier Zamora Alarcón que hasta renovó su “escondida” y hasta con club de golf en tan sólo un sexenio.
Mañoso; “la Peggy” desde Sonata mueve los hilos del trasiego de recursos financieros, monta testaferros, parte, reparte y se queda con la mayor parte del pastel, planea y asigna obras públicas en Tlaxcala, no sólo al margen de Lorena Cuellar, sino hasta con desconocimiento de la mandataria.
A pesar de que le fallan los prestanombres en la ejecución de las obras millonarias, como la presidencia municipal de Chiautempan, que la propia gobernadora mandó a suspender -aunque tarde- porque presenta hundimientos. ¡ay, ese Taylor… Swift! Queda mal.
Más que la “minita de oro” que significa la Secretaría de Infraestructura, es también el Poder. Desde ahí ASA logra los amarres de financiamiento de las campañas de su hijo y su nuera, a través de quienes va allanando el camino para logar el “Maximato” que soñó con su esposa Maricarmen Ramírez.
Allá por el 2004, estaba fuera de tiempo su pretensión de heredar la gubernatura a su cónyuge altanera e incapaz; el priato en el que se crío Sánchez Anaya no permitía la sucesión directa de hijos, hermanos y mucho menos esposa. A los hijos primeros los mandaban a estudiar en escuela “bien”, no como el arquitecto graduado en el Instituto Tecnológico de Tlaxcala, “la Uni patito frente a Soriana” de Ocotlán.
Antes el PRI no permitía la heredad por sí mismo, a los hijos, en ocasiones a las hijas, los fogueaban en la calle, en la parcela, en el sindicato y la obra, con el “baño de pueblo”, no el GYM como ahora acostumbran los políticos progenitores de hoy.
Alfonso Abraham, el patriarca del Clan Toltecapa, entrevistado cuando era gobernador, aseguró con vehemencia que a su hijo no le interesaba la política, pero a su hija sí. Al tiempo se ha empeñado a que sea Poncho el chico el heredero de su legado político de “los Sánchez”, con lo que le toca de Don Emilio, pues directo de esa estirpe se terminó con “la pintita”.
Poncho Sánchez García no quería, no está convencido, pero el papá lo presiona, la esposa lo presiona, la “secre particular” lo presiona, los socios constructores lo presionan, hasta madrastra lo presiona contándole su experiencia de senadora de primera minoría y le cuenta de lo bonito que es el Senado.
A Ponchito sólo le convence el negocio al amparo del Poder.
Mientras, ASA le come el mandado LCC.
El Poder se tiene, se da o se arrebata. ¿en que condición está la gobernadora Lorena Cuellar?
Esgrima…
LA LÍNEA DEL TRANSPORTE PÚBLICO DE PASAJEROS
Por cierto, que los empresarios del transporte público de pasajeros, los importantes y organizados, no han sido buscados por el Clan Toltecapa, a pesar de que Alfonso Sánchez ha acaparado los espacios de propaganda en todo el estado, campo en el cual este sector es de vital importancia durante las campañas proselitistas.
“Anda alzadito” el exgobernador Alfonso Sánchez Anaya y “cree que nosotros somos lo que debemos buscarlo, pero nosotros a quien nos debemos es a la jefa (la gobernadora)”,
Este importante sector, que aunque lo tiene prohibido, siempre es factor en materia de publicidad con miles de escaparates móviles por todo el estado, y además gratis para los candidatos, porque es propaganda “donada”.
Pero ellos esperan “la línea” oficial de la mandataria que, dicen, es la línea directa del presidente de la República, y “es la que vale” ya que Andrés Manuel López Obrador -coincido- es quien “va a poner” finalmente a los candidatos a senadores y diputados federales.
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