Un ex empleado de la Secretaría del Medio Ambiente en Tlaxcala (SMA) Luis Eliseo Arteaga Uribe, a través de una carta que le dirigió a su ex jefe Luis Antonio Ramírez Hernández, le dejó en claro que habrá de hacer del conocimiento de manera directa a la Gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros la infinidad de actos de corrupción que privan en esa dependencia ya que con su actitud ha provocado que el Estado de Tlaxcala sea considerado la cuna de la corrupción que son escondidas por un tirano y déspota como él.
Puntualizo que lamentablemente en Tlaxcala la Justicia sea letra muerta ya que en casi seis meses se ha visto; “…en la necesidad de combatir…solo, a todo el poder de una entidad federativa, misma que en múltiples ocasiones me ha impedido, obstaculizado, denegado u obstruido el acceso a la justicia; ello en aras de evitar la condena al pago indemnizatorio de las prestaciones de trabajo a las que tengo derecho, pero sobre todo, a la reparación del daño moral que me fue ocasionado por el hostigamiento laboral, el abuso de poder, las intimidaciones, amenazas y demás conductas atípicas ejecutadas de manera constante en mi perjuicio…”
No obstante, el denunciante llamó a la mesura al deudor alimentario que le ha negado la pensión alimentaria a su menor hijo y a pesar de que fue aprobada ya la Ley 3 de 3, sigue el frente de la SMA porque recibe protección.
“…me permito apelar a su razón, solicitando que reconsidere su actuar y dejé de conducirse con total impunidad, creyendo que siempre estará resguardado bajo el cobijo que le dan los privilegios de su cargo; así como también, las Instituciones Públicas de cuyos Titulares”.
En la misiva, el ex trabajador del Gobierno de Lorena Cuéllar, lamentó que los casos de corrupción hayan sido tapados por al menos 15 instituciones públicas, “únicamente han servido para mancillar el buen nombre y el objeto por el cual fueron creadas dichas Dependencias”.
Arteaga Uribe avizoró que tarde o temprano la mano de la Justicia le va a caer con todo el peso de la Ley.
“…que por fin deje de creer que la justicia nunca le alcanzará, el poder que otorga un cargo público es vano y completamente efímero; tiene fecha de caducidad. Solo un déspota o un tirano podría quedarse para siempre en una posición de ventaja por sobre los demás…”
En la carta que también fue enviada a la Senadora Beatriz Paredes Rangel para pedir su intervención, le sugirió al funcionario Morelense entrar en cordura; “…recapacite en su actuar, somos todos seres humanos que merecemos empatía y respeto, no su indiferencia y desprecio”.
Aquí la carta completa:
Estimado Licenciado:
Luis Antonio Ramírez Hernández
Secretario de Medio Ambiente del Estado de Tlaxcala
Por medio del presente correo electrónico girado hacia su particular, le hago llegar un cordial y afectuoso saludo, toda vez que, aún y ante las desavenencias ocurridos en días pasados, en lo personal siempre le estaré agradecido por la oportunidad que me brindo al permitirme servir en el Gobierno del Estado de Tlaxcala; pero sobre todo, por otorgarme su confianza y amistad, ello principalmente hacia su persona y familia, al igual que, para con el Proyecto de Campaña que ha venido orquestando el Contador Rabindranath Salazar Solorio.
Sin embargo, resulta menester el señalar que me parece muy lamentable la situación de disparidad en la que me encuentro frente a Usted, toda vez que a lo largo de estos últimos cinco meses, me he visto en la necesidad de combatir, la mayoría de veces solo, a todo el poder de una entidad federativa, misma que en múltiples ocasiones me ha impedido, obstaculizado, denegado u obstruido el acceso a la justicia; ello en aras de evitar la condena al pago indemnizatorio de las prestaciones de trabajo a las que tengo derecho, pero sobre todo, a la reparación del daño moral que me fue ocasionado por el hostigamiento laboral, el abuso de poder, las intimidaciones, amenazas y demás conductas atípicas ejecutadas de manera constante en mi perjuicio, ello por parte de los servidores públicos, mismos que fungieron en su momento como mis superiores jerárquicos y los cuales son sus subordinados en la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Tlaxcala, al igual que también, por los que le asisten en la Secretaría de Medio Ambiente, así como en la Coordinación de Bienestar Animal, ambas del Gobierno del Estado; y por el otro lado, así también respecto de quienes ejercen la Titularidad de las Dependencias e Instituciones Públicas que conforman el Sistema Estatal Anticorrupción, aunado a los diversos integrantes de la Mesa Directiva y del Pleno del Congreso del Estado de Tlaxcala, pasando por los Magistrados Ponentes y Representantes concernientes de los Tribunales de Justicia Administrativa y de Conciliación y Arbitraje, hasta culminar en la evidente colusión de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, dirigida por la Licenciada Jakqueline Ordóñez Brasdefer, Ombudsperson del Estado de Tlaxcala.
Es ante tales consideraciones que me permito apelar a su razón, solicitando que reconsidere su actuar y dejé de conducirse con total impunidad, creyendo que siempre estará resguardado bajo el cobijo que le dan los privilegios de su cargo; así como también, las Instituciones Públicas de cuyos Titulares, únicamente han servido para mancillar el buen nombre y el objeto por el cual fueron creadas dichas Dependencias. No es tarde señor Secretario, para que afronte las consecuencias de sus actos, para que se haga responsable de sus obligaciones naturales y para que por fin deje de creer que la justicia nunca le alcanzará, el poder que otorga un cargo público es vano y completamente efímero; tiene fecha de caducidad. Solo un despota o un tirano podría quedarse para siempre en una posición de ventaja por sobre los demás, empero, para su caso en particular, eso nunca va pasar, porque afortunadamente hay gente como yo, como Yeny Charrez, como la señora Edelmira Martínez, como la familia del joven Ronald Raffid, así como grupos sindicales de maestros y pensionados, del personal de servicios de salud pública, gremios de campesinos, poblados enteros enardecidos y mucha gente más, que simplemente ya está casando de sus abusos y mentiras; tal y como se lo ha manifestado en reiteradas ocasiones la Contadora Tania Vianey Rodríguez González, quien también se ha sumado a esta lucha en nombre y representación de su pequeño hijo.
Calle todo lo que quiera, el silencio de una institución o figura pública, también es un tipo de violencia hacia la ciudadanía, pues la omisión o abstención de una respuesta, tiene consecuencias que trascienden al campo del derecho, esto por cuánto a dejar en estado de incertidumbre jurídica e indefensión a los gobernados; sepa que algún día se le acabará la influencia que tiene sobre los Tribunales que hoy en día le protegen, tarde que temprano todos daremos cuenta de nuestros actos. Por tal motivo en días próxima estaré presentando por escrito una petición y/o queja formal ante la Gobernadora Lorena Cuellar Cisneros, a quien se le ha ocultado mucha de la verdad de todo lo que viene ocurriendo desde hace meses en su Gobierno, ello para que intervenga como haya en corresponderle; así como también, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y otras instancias gubernamentales, judiciales y políticas a las que deberá sujetarse.
Sin más por el momento, espero tome en consideración lo aquí mencionado y recapacite en su actuar, somos todos seres humanos que merecemos empatía y respeto, no su indiferencia y desprecio.
Atentamente.
Luis Eliseo Arteaga Uribe.