Por Andrés A. Solis*
A finales de los años noventa yo me encontraba viviendo y trabajando en Aguascalientes. Era la primera vez que el Partido Acción Nacional (PAN) gobernaba la capital del Estado y el gobernador era Otto Granados Roldán, quien había sido vocero del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
En diciembre de 1996 publicamos un reportaje en portada y páginas centrales del periódico Enlace Aguascalentense, sobre la corrupción y abusos que se cometían desde la mismísima Dirección General de Seguridad Pública y Tránsito del Ayuntamiento de Aguascalientes.
El día en que el periódico salió a las calles ocurrió la típica compra masiva de ejemplares y un par de días después, el fotógrafo fue secuestrado por unas horas por elementos policiacos, quienes lo golpearon y amenazaron. Yo había hecho y firmado ese reportaje, pero se desquitaron con el fotoperiodista.
Aguascalientes ha sido gobernado casi ininterrumpidamente por el PAN desde hace dos décadas y es de los pocos estados que siguen sin tener una ley de protección, porque aseguran, en ese territorio no asesinan periodistas. El problema es que siguen sin entender que la protección no se limita sólo a que no asesinen a nadie… sea o no periodista.
Hace unas semanas se presentó un proyecto de iniciativa de ley de protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas para el Estado de Aguascalientes, que sigue adoleciendo de lo mismo. Es una mala copia de una mala ley que es vigente a nivel nacional.
Vuelven a calcar la pésima definición de periodista y vuelven a proponer un marco jurídico que se limita a crear mecanismos de reacción policiaca una vez que sucede la agresión.
En Aguascalientes están como en otras entidades. Olvidan que la protección es, en principio, al ejercicio de la actividad profesional del periodismo y en automático se blinda a las personas que lo ejercemos.
Lo que deben incluir las leyes de protección son garantías para que cada periodista o persona colaboradora pueda ejercer su actividad en condiciones de seguridad, de libertad, de acceso a la información y que haya garantías de atención ante agresiones, así como mecanismos para la reinserción de colegas que hayan sido víctimas de algún acto de violencia o de censura.
Este mes se cumplen 10 años de la entrada en operación del Mecanismo Federal y siguen sin entender cómo debería de ser esa protección.
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*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:00 hrs., por Radio Educación.