En el marco de la gran payasada llamada simulacro nacional, sirvió para evidenciar que el sistema de prevención no sirve y que dos millones de pesos se fueron a la basura luego de que las alarmas sísmicas no sirvieron.
No hombre, pues que bueno que el simulacro no fue real y que bueno que el sismo de 7.4 fue literalmente imperceptible y no causó estragos porque dice el Gobierno que a Tlaxcala llegó de 3.8 la intensidad por obra del amor.
Vaya, vaya, si que estamos jodidos, ahora resulta que el Estado de Tlaxcala goza de privilegios de la naturaleza y que bueno que así sea, porque de lo contrario y sin ser fatalista, los resultados serían de pronóstico reservado.
Ya imagino algunos de los reportes, la gente murió aplastada y no se pudo prevenir que evacuaran zonas de alto riesgo porque las alarmas no sonaron y no hubo nada que hacer.
Es de recordar que el pasado 1 de agosto, la Gobernadora Cuéllar anunció con bombo y platillo la puesta en operación de un moderno e inteligente sistema de alertamiento sísmico en la entidad.
Se informó en esa fecha que ese costoso equipo contaba con 8 antenas sísmicas receptoras con parlantes que, estarían instaladas en el Palacio de Gobierno, en las instalaciones de la Coordinación Estatal de Protección Civil para despertar al personal, además de los municipios de Tlaxco, Apizaco, Calpulalpan, Huamantla y Zacatelco.
Sin embargo, durante el sismo que tuvo verificativo el pasado 19 de septiembre de 7.4 grados de magnitud, no sonaron porque se madrearon.
Lo peor no es eso, lo grave del tema es que el Gobierno de la nueva historia ya tiene planeado tirar 4 millones de pesos más, ya que se tiene prevista la compra del doble de alarmas sísmicas.
Esa acción no es nueva, si en la gran mayoría de acciones la mandataria estatal tiene preferencia por comprar cosas baratas por no decir chafas para quedar bien, una muestra, los presentes que dio en el pasado festejo del día del periodista, audífonos de 5 pesos, jejeje, bueno, eso me contaron.
Quizá el comparativo fue burdo, pero es una prueba fehaciente.
Lo cierto es que hay daños estructurales que las alarmas sísmicas no midieron en edificios rancios a punto de caer como la Presidencia Municipal de Chiautempan, inmueble que de un momento a otro puede colapsar y aún así, es ocupado por personal sindicalizado y por quienes no congenian ni aplauden las ocurrencias y corruptelas de la familia Jiménez Ramírez.
Imagine a los alcaldes con su retórica barata, no pues seguimos esperando las alarmas sísmicas que nos ofreció en la nueva campaña de las niñas, perdón en un evento oficial la Gober.
Otros más, corriendo como loquitos con sus radios, teléfonos, guaruras, jala patas, secretarias, chalecos de protección civil, cascos, botas hasta de bañero con el respeto a los trabajadores de ese giro (léase en tono sarcástico), patrullas a todo lo que dan, ambulancias y un sinfín de payasadas que a much@s se les da muy bien.
Muy seguramente veríamos un alcalde de la mano de su esposa promoviéndola entre la desgracia humana con la casaca del PAN bien puesta, resumida en “acciones” de gobierno.
Pero eso si, la gran mayoría en las redes sociales difundiendo saldo blanco cuando en los hechos much@s de ell@s no tienen ni la más remota idea de que significa la protección civil.
Que bueno que la naturaleza fue benévola con los tlaxcaltecas y no causó daños como los que dejó en el 2017.
Además de risa, causó indignación que en el marco de una desgracia hoy día los partidos políticos sigan haciendo leña del árbol caído, ayer criticaron al PRI y al PAN, hoy son peores.
Fue la acción que protagonizó la dirigencia estatal de MORENA en manos del Diputado federal con licencia Carlos Augusto Pérez Hernández y después del sismo le entrará a la operación para ver si el movimiento telúrico dejó daños.
¿Cómo están familias tlaxcaltecas?, Compartan la situación actual del municipio en donde se encuentran en este momento, fue el mensaje lanzado en las redes sociales por el partido en el poder.
Los resultados, ya se imaginará, saldo blanco y un sinfín de flores para el ex priista quien ya se dio cuenta que las desgracias jalan votos, ¿oh no?