En Morena ¿Consejo o Padrón?

Por: Mario Alberto Macías Palma

La batalla interna en el Movimiento de Regeneración Nacional, más popular como Morena, será para este fin de semana cruenta, ya que las distintas corrientes -otrora tribus en su predecesor aglutinamiento llamado PRD- buscarán afanosamente conseguir las vacantes en el Consejo Nacional, cuyos futuros ocupantes serán elegidos por voto directo de los “militantes”.

Aunque la convocatoria es abierta a la ciudadanía, quien quiera participar sufragando debe previamente afiliarse a Morena como partidario, ya sea en el momento de acudir a las escasas casillas que se colocarán por distrito electoral federal, o que ya hayan sido incorporados en los últimos días.

Ya que, se ha exigido a los movilizadores electorales, a los líderes partidistas, a los funcionarios de los muchos gobiernos morenistas de los tres niveles, a representantes populares y sus colaboradores su cuota de inscritos al nuevo padrón de Morena.

¿Por qué lo anterior? el cual urge renovarlo ya que el actual está impugnado y no le brinda validez a ciertas actividades como partido, como la conformación del Consejo Nacional y los estatales, por ejemplo; recordemos que ese fue precisamente el obstáculo por que no hayan conformadose los consejos locales hace dos años, porque que quienes se sintieron perdedores, no lo reconocieron como válido.

Cierto que para Morena contar formalmente con un Consejo y consejeros le dará mecanismos de operación, pero principalmente de legitimación a las próximas decisiones, como la selección de candidatos para el 2024, de entrada.

Y aunque se pretenda lo contrario, las decisiones en este sentido seguirán, como lo fueron en 2018 y 2021, siendo cupular, vertical, de “dedazo” pues; de ese que “ya no es como antes”, pero que sigue siendo como ahora.

Lo que sí les dará a quienes salgan electos como consejeros es la posibilidad de mercantilizar o monetizar su voto, porque las negociaciones políticas estarán acotadas.

En Tlaxcala como en todo el país, las corrientes internas están movilizadas, y se espera que en esta ocasión se respete la votación y sus resultados, y no suceda como cuando las huestes del finado Joel Molina y la de la actual mandataria estatal, Lorena Cuellar, terminaron en zafarranchos que suspendieron la elección interna.

Ya se pasaron los dos primeros filtros, quienes no pudieron cumplir con los requisitos documentales, y los que no fueron validados por la comisión organizadora; vendrá la tercera: la línea de quienes ostentan el poder, o sea gobernadores, alcaldes, diputados o senadores, para apoyar a equis o ye, o para no apoyar a ciertas fórmulas de candidatos a consejeros.

Hay como siempre, dos tipos de aspirantes:

1.- Quienes son líderes reales o movilizadores consolidados que su capital político los sostiene.

2.- Quienes la fortuna o la abyección los ha colocado en alguna planilla, pero que no convocan ni a su familia.

Ahí están los diputados local y federal, Vicente Morales y Carlos Augusto Pérez; el alcalde de Santa Cruz Tlaxcala, David Martínez Del Razo, lideresas sociales como Doña Catalina Flores Hernández o Lourdes Castillo Cabrera, Darwin Pérez, Iván Baez Medrano, Melecio Domínguez, Dora Delia Hernández Roldán, con el apoyo de su hermano y Marcela González Castillo con el de su suegro, son algunos nombres que garantizan gente en las urnas votando por ellos y sus compañeros de fórmula, por decir algunos.

Los otros que tendrán su Waterloo para demostrar su capacidad de movilización serán el oficial mayor de gobierno, Ramiro Vivanco Chedrahui, la mermada o marginada Floria María Hernández, las exlegisladoras Sonia Lilian Rodríguez Becerra y Oralia López Hernández, el empresario, Javier Rivera, o de lo contrario dedicarse a otra cosa.

Las corrientes internas de esta elección que son y pueden ganar en ese orden sin tapujos son las de Lorena Cuellar; la de Alfonso Sánchez Anaya, la de Dulce Silva, la de Ana Lilia Rivera, y las de los puros… los que se dicen fundadores de Morena.

No obstante, al parecer ya hay acuerdos previos, que son la repartición entre las tres primeras, marginando a la gente de la senadora y huestes afines.

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