Sin conocer a ciencia cierta el contenido del Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027 de la Administración que encabeza Lorena Cuéllar Cisneros, que va tarde, pero que ya se entregó al Congreso del Estado, para su análisis, discusión y muy posible aprobación, sin cambiarle una sola coma; ya podemos señalar, que es un facsímil, una copia, un refrito de las políticas públicas implementadas por el inquilino de Palacio Nacional para fortalecer el clientelismo electoral. Claro, con los resultados de todos conocidos en materia de seguridad ciudadana, salud, economía y educación.
Usted y un servidor, podemos o no, estar de acuerdo con el documento rector, pero es lo que habrá durante los próximos cinco años y medio, si bien nos va, y listo, no hay más que alegar. Pues la voluntad del pueblo se manifestó en las urnas, y le otorgamos el poder de decidir sobre el destino de nuestro Estado a Morena para que asentara las bases de su tan llevada y traída cuarta transformación; así es que no nos resta, mas que sujetarnos a los designios de esta nueva realidad que ya nos alcanzó, para bien o para mal.
Qué por qué estoy tan dramático, se preguntará amable lector, porque luego de enterarme de tan feliz acontecimiento en el Palacio Legislativo, tuve la oportunidad, al igual que Usted, de enterarme que mediante un acuerdo publicado en el Periódico Oficial que entró en vigor el 16 de febrero de la presente anualidad, el Ejecutivo local implementó su plan de austeridad con el que pretende reducir el gasto corriente del gobierno hasta en un 50 por ciento, lo que de entrada está bien; pero al seguir leyendo la nota de mí compañera Karla Muñetón, publicada en el Sol de Tlaxcala, observé que la tendencia de la administración morenista es inyectarle más recursos a los programas sociales en menoscabo de áreas prioritarias.
Es decir, que, bajo esa premisa institucional, “…no serán creadas plazas, salvo en donde cuenten con recursos federales aprobados para ello, ni aquellas que correspondan a la policía estatal ni a médicos de hospitales y centros de salud…”, y no, no lo estoy sacando de contexto, es tal cual lo está leyendo, y por supuesto que el referido Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027 irá en la misma tesitura.
En lo que respecta al tema de salud, ya sabemos que Tlaxcala es el segundo Estado del país que se sumó a la federalización de los servicios para entregar su operatividad a IMSS-Bienestar, por lo que, las contrataciones del personal dejan de ser una función estatal y un problema menos por atender. Por cierto, programa chafa, al que ni los mejor enterados le encuentran pies ni cabeza, pero que llegó para quedarse y que ya contrató a 19 médicos bajo ese nuevo esquema, según me informaron fuentes cercanas al sector.
Lo que sí crispa los nervios, a pesar de que la narrativa gubernamental señala que Tlaxcala está entre los tres Estados del país con menos incidencia delictiva, es el hecho de que no se crearán nuevas plazas para la policía estatal; ¿es neta?, me pregunto. Pues hasta donde recuerdo, la Gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, durante la última visita que realizó su patrón a la entidad, le informó que solo hay “300” elementos en activo para brindar seguridad al poco más de un millón 342 mil tlaxcaltecas.
Bueno, supongamos que no son “300” policías estatales y que la mandataria se equivocó, que es rarísimo en ella, pero pudo haber sido éste el caso; y que son algo así como mil 800 elementos los que nos brindan seguridad, o lo que es lo mismo, 0.9 POLICÍAS por cada mil habitantes, de acuerdo a cifras del INEGI; apenas abajo de la media nacional que es del orden de los 1.02 uniformados por cada mil habitantes y muy, pero muy por debajo, de los estándares mínimos internacionales.
Y esto es así, porque el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública para elaborar la parte central de su Modelo Óptimo de la Función Policial, adoptó el estándar internacional de 2.8 Policías por cada mil habitantes; es decir, amable lector, que aún con mí primaria trunca, le puedo asegurar, que nos hacen falta más o menos Dos Policías por cada mil habitantes, ahora multiplíquelo por mil 342 y ese es el número de efectivos que nos hacen falta en las calles de nuestra entidad. ¿Le dio el mismo resultado que a mí?. 3 mil 684.
Ajá, Usted muy bien. Entonces que no se le haga extraño, si lejos de disminuir, la incidencia delictiva crece, porque no estará en el ánimo de la administración estatal atender este déficit de uniformados, y ya ni hablamos de su urgente capacitación ni de la mejora de sus salarios, para garantizarnos la seguridad que tanto anhelamos los ciudadanos.
Ahora entiendo, porqué como justificación desde el gobierno aseguran que la mayoría de los delitos que se cometen en la entidad, son perpetrados por sujetos que vienen de zonas circunvecinas como la CDMX, el Estado de México o Puebla, por el llamado “efecto cucaracha”, que no es otra cosa, que la salida de los delincuentes de sus lugares de origen a tierras más fértiles para su actividad.
Algo así como si realizaran turismo delictivo en nuestra entidad. Llegan los maleantes hacen de las suyas y se van a dormir plácidamente a sus hogares, todo en el mismo día, por lo bien comunicada que se encuentra Tlaxcala, convirtiéndonos en su cementerio clandestino y en su patio de recreo. Y nos privilegian con sus visitas frecuentes porque saben y conocen la vulnerabilidad en la que nos encontramos por el déficit en materia de seguridad.
Entonces, de qué sirve entregar pensiones y becas, si a la vuelta de la esquina te las quita un maleante a punta de pistola.
Pero como siempre amable lector, es sólo mí punto de vista, ¿qué me dice Usted?.
*****
Un software malicioso fue encontrado en la SSC…
Bendito mi Dios, el encargado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana Maximino Hernández Pulido, encontró un software malicioso que el gobierno priista les dejó en un servidor arrumbado y que hubiera arruinado todo el proyecto sexenal. Se imagina Usted, los resultados que podrá dar si es que lo llegan a nombrar Secretario.
Se trata ni mas ni menos, que de un sistema capaz de monitorear en tiempo real la actividad policial y con el que los uniformados estarían, además de vigilados, con la capacidad de tener una herramienta tecnológica que les facilitara el buen desempeño en sus funciones.
Este sistema desarrollado por la empresa Eon Innovation, que le costó al gobierno priista, la nada despreciable cantidad de 8 millones de pesos, mismos que se pagaron con nuestros impuestos, encontró la ya esperada resistencia del mando policiaco, que prefirió amenazar a la empresa con denunciarla por fraude sino regresaban el recurso, antes que ponerlo en operación.
Ajá, leyó Usted bien. Se imagina, un sistema que vigile la actuación de los policías en tiempo real, algo así como el policía de policías o un Big Brother para los uniformados, inaudito y ni hablar. No pasará, no al menos en esta administración. Fue la conclusión de Max.
Me pregunto, ¿será por el mito de las tan famosas “cuotas”?. Sí, esas mismas que le costaron el puesto al comisario de seguridad de Santa Ana Chiautempan Agustín Durán y no solo a él, sino a 44 elementos más, que fueron dados de baja de la corporación, porque el Junior del Presidente Municipal no tenía llenadera y subía sus pretensiones cada vez más con el respaldo absoluto de su “Apá”, y éste, ansioso por ver crecer a su vástago ordenó la salida del Capitán Primero en retiro del Ejército y todo lo que oliera a él. Nomás así.
Si lo anterior expuesto es la razón del encargado de la SSC para evitar que ese software entre en operación, no lo justifico, pero lo entiendo. Porque no es nada sencillo quedarse sin empleo solo por ser honesto.
Mejor que sigan trabajando y con mayor ahínco los uniformados para juntar las cuotas, y con mayor frenesí los últimos días del mes, pues es cuando se les ve más activos, por lo menos, a los de Vialidad Estatal que sin importarles que el boulevard Ocotlán o el Periférico sean vías federales, observan vehículos con placas foráneas y sobres, se les van al cuello a los conductores, o mejor dicho, a la cartera.
Y lo mismísimo pasa con los agentes de tránsito en los municipios. Nada ha cambiado en ese rubro.
¡Polvo de los mismos lodos!.
*****
La hipersensibilidad en la piel de los morenos…
Acuso recibo del mensaje de la cúpula del poder sobre la crítica que emana de mí derecho a la Libertad de Expresión. Sé que no es fácil digerir los temas tratados con sarcasmo e ironía en este espacio, pero quiero aclararles, que el origen del “problema” no es quien esto escribe, es el gobierno que con pifias y con yerros me surte de material que comento con mis lectores cada semana.
Sí. Porque no ha sido el autor de este espacio quien le entregó en bandeja de plata una Notaría Pública al yerno de la Señora Gobernadora; tampoco, el que le dijo a su hija que despidiera de mala forma al personal de SEDIF; ni quien ofreció evaluación a funcionarios para ajustar el gabinete, ni les pedí la renuncia por anticipado, muchísimo menos, el que contrató a un presunto delincuente como Secretario de Seguridad Ciudadana sin revisar sus antecedentes penales.
No sabía que las azoteas de los edificios públicos estaban en renta para cantinas, en verdad que no lo sabía; no tengo que ver con el plan de austeridad ni con el de desarrollo social que entregaron tarde; no le dije a la Gobernadora que son 300 policías estatales y que ya no contrate más porque con esos son suficientes, ni tampoco le dije que mencionara el tema de los softwares espías en una gira presidencial; no sabía que el gobierno de Tlaxcala entregaría los servicios de salud a la federación.
Es más, ni cuenta me había dado que crearon secretarías que no cuentan con leyes reglamentarias y que no sé sí por esa sencilla razón, son legales o ilegales, tanto sus nombramientos, como la ejecución de sus presupuestos.
No aconsejé ni firmé el contrato para que autobuses chatarra trasladaran a maestros a sus centros de trabajo aun cuando eso supone poner sus vidas en riesgo; no dispuse del helicóptero disfrazado de ambulancia para trasladar una paciente VIP de Morelos a nuestra entidad; no nombré Procurador a quien le quedó grande el encargo, ni al dueño de un café lo hice titular de turismo; no tuve nada que ver con el nombramiento en la Secretaría de Movilidad de Dios sabe quién.
Deveritas que me enteré al mismo tiempo que todos, que en el Gabinete estarían arropados los exdiputados en quienes recaen señalamientos de malversación de recursos; tampoco aconsejé que mandaran a la nuera de la secretaria privada como encargada de despacho de Pensiones Civiles, para que se sentara en esa bomba de tiempo mientras que el señor Vivanco mira el reloj para detonarla a distancia. Etc. Etc. Etc…
Lo que sí es cierto, es que no cooperé para los festejos del onomástico de la mandataria, ni para el baby shower de la directora de la SEP, y que no tengo que ver con la promoción de la consulta de revocación de mandato que se hace desde oficinas gubernamentales. Esto último, ni loco lo haría.
Entonces, ¿por qué soy el problema?. Es decir, no apliquen la máxima de “Maten al mensajero”. Pues en mí defensa enuncié algunos temas, de tantos que hemos tocado en este espacio, con picardía, pues sí, pero que nos permite reírnos de nuestras desgracias, como parte de una terapia para sobrellevar el mal sabor de boca que nos van dejando a los ciudadanos con sus acciones.
Quítense la tentación de aplicar la censura, no sean biliosos, ni mucho menos vengativos. Pues qué no dicen que se está escribiendo una nueva historia. Pero si aun así le llega a incomodar y les llega provocar urticaria mis comentarios, les voy a recomendar lo mismo que prescribe el doctor Andrés Manuel: “Vitacilina”.
Es cuanto…
*****
Le recuerdo amable lector que pongo a su disposición el correo electrónico entercerainstancia@gmail.com para recibir sus denuncias, quejas, dudas, sugerencias y comentarios.
Hasta la próxima…