La prensa libre bajo el asedio del Estado

Desde mi teclado

Andrés A. Solís

Desde hace años vengo repitiendo una frase muy sencilla: Ser periodista es ser incómodo, porque si una persona periodista no es incómoda, se convierte en vocera.

Esta semana, en el marco de la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) hubo una mesa muy interesante en donde participaron colegas de El Salvador, México, Estados Unidos y Argentina, en la que hablaron sobre un modelo autoritario que se está reproduciendo en todo el hemisférico y que afecta a la prensa.

La tesis es que el “modelo autoritario de Donald Trump” de descalificar a la prensa se está repitiendo en diferentes gobiernos latinoamericanos para atacar permanentemente a medios y periodistas que son “contrarios” al gobierno en turno.

El argumento es incompleto, ese “modelo Trump” nos obliga a reflexionar que más bien el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump repitió estas prácticas ofensivas hacia la prensa, de otros mandatarios del hemisferio. Lo que sucede es que en décadas no se había visto un presidente estadunidense que fuera tan grosero contra medios y periodistas en el país que presume ser el más respetuoso y defensor de la libertad de expresión.

Antes de Trump vimos los casos de las dictaduras en América del Sur, de los gobiernos de Cuba o Venezuela o la forma en como el PRI controló a la prensa en México a lo largo de 70 años.

Hoy los gobiernos de derecha como el de Jair Bolsonaro en Brasil o Nayib Bukele en El Salvador son perseguidores de la prensa incómoda, y lo mismo sucede en los gobiernos izquierdistas de Argentina con Alberto Fernández, la Venezuela de Nicolás Maduro y aún más grave en la Nicaragua de Daniel Ortega.

El riesgo de que los poderes públicos sean los principales instigadores de la prensa, por supuesto que representan retrocesos a la democracia, a las libertades y aunque quienes integran la SIP se ocupan más de sus intereses comerciales que de la seguridad de sus periodistas, no se equivocan en hacer este llamado de alerta.

Lo cierto es que no importa si son gobiernos de la ultraderecha o la izquierda radical, la prensa libre en América Latina ha sido víctima de los embates de presidentes de naciones que habían avanzado en sus propios procesos democráticos. Si un presidente se cree con el derecho de agredir a la prensa, entonces este patrón lo repiten sin miedo congresistas, titulares de gobiernos locales y municipales y hasta dirigentes partidistas y eso sí, eleva las vulnerabilidades de quienes hacemos periodismo.

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Andrés A. Solís es periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de Buenas Prácticas para la Cobertura Informativa sobre Violencia”. Conduce el programa “Periodismo Hoy”, que se transmite a través de la señal de Radio Educación.

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