Todo un dilema será el regreso a clases en forma presencial, y no por llevarle las contras a AMLO, sino porque casi todo el país está viviendo una tercera ola del Covid-19, ahora con una cepa más contagiosa y peligrosa que está atacando principalmente a niños y jóvenes (los cuales aún no han sido inoculados) así como personas adultas, que aunque estas ya están vacunadas, contraen el virus, la decisión del presidente López Obrador, de que llueve, truene o relampaguee, los niños, los jóvenes y los maestros regresan a clases presenciales, se ve más como una valentonada o capricho, y no, como una necesidad real, si bien es cierto, que a más de un año fuera de las aulas ha traído un atraso educativo, problemas psicológicos y estrés, también es cierto que si no se hubiesen suspendido las clases presenciales en este momento habrían mucho más contagiados y muertos, no sólo maestros, sino padres de familia y quizás familias enteras.
La posición de la Secretaria de Educación Pública, de diseñar un modelo que según Delfina Gómez, protegerá a los alumnos, sin duda es un protocolo hecho atrás de los escritorios, ya que la realidad de miles de instituciones educativas es muy diferente a los discursos de buena fe, que expresan los funcionarios gubernamentales, olvidando o queriendo olvidar que en nuestro país, por sus diferentes condiciones, hay escuelas urbanas y rurales, donde las condiciones de infraestructura y socioeconómicas son muy limitadas, hay muchas escuelas que no tienen agua potable, su mobiliario es viejo y obsoleto, sus sanitarios están en pésimas condiciones, y los padres de familia son poco participativos, ante este triste panorama el peligro del Covid-19, es real y tiende a duplicarse, por cierto, me llamó la atención la posición del dirigente nacional del SNTE, Alfonso Cepeda, quien da un mensaje de sumisión presidencial, olvidando su deber, no sólo de defender los derechos del magisterio, sino proteger la salud de alumnos y padres de familia, en relación a los maestros, el problema debió ser analizado fríamente, ya que un gran porcentaje de trabajadores de la educación, son diabéticos, hipertensos o tienen enfermedades que pueden hacerse muy delicadas si son infectadas con el virus del covid-19.
Si bien los discursos presidenciales son halagadores, la realidad que estamos viviendo donde diario se rompen records de contagios, debe hacer reflexionar no sólo al presidente, sino a los Secretarios de educación y de salud, su responsabilidad, debe anteponerse a su subordinación, en algunos estados los gobernadores ya tomaron la decisión de que no regresaran a las clases presenciales, en el caso de la CNTE, también ya tomó la determinación que no regresarán a clases y varias asociaciones de padres de familia están apoyando tal medida, sin duda una determinación responsable, ya que lo económico no puede sobreponerse a la salud y a la vida.
En lo que corresponde a nuestro estado, el actual secretario de Educación Pública: Roberto Lima , ha dicho que maestros y alumnos regresan a clases presenciales el próximo 31 de agosto, sin duda una decisión que ya no le corresponde, ya que sólo le quedan sus horas contadas al frente de la USET-SEPE, la decisión es sin duda de quien gobernará el estado, y de quien va a ser el secretario de Educación Pública, si bien, Lorena Cuellar tiene la obligación de apoyar a su jefe político, también tiene la obligación de velar y cuidar la salud de miles de alumnos, maestros y padres de familia, el reto no es nada fácil, pero sí realmente conocen las condiciones en que se encuentran las escuelas tanto en su infraestructura como en sus condiciones socioeconómicas, la decisión debe ser analizada, tanto por las autoridades de salud y protección civil, ya que las condiciones de la escuela primaria Educación y Patria, ubicada en la capital del estado, son muy diferentes a las de las escuelas rurales ubicadas en Tlaxco, Calpulalpan, Huamantla, San Pablo del Monte y varios municipios donde las escuelas, carecen de lo prioritario, ahora que si el gobierno del estado, a través de la USET-SEPE, van a proporcionar todo el ciclo escolar: gel, cubrebocas, agua potable, desinfectante y lo principal: servicio médico con medicamentos, entonces alumnos, maestros y padres de familia, estarán en condiciones de regresar a clases presenciales, de no ser así, el gobierno federal y estatal, estarán preparando un holocausto educativo.