La frase del célebre boxeador y campeón mundial mexicano Julio César Chávez, me sirve de marco para describir en pocas palabras, la histórica contienda electoral de la que, Ustedes y yo, somos parte, en esta nueva era de pandemia y obsesión política.
La historia del país y de nuestro Estado, se escribe minuto a minuto, y con credencial de elector en mano, el día 6 de junio, Ustedes y yo, tenemos una cita en las casillas de recepción del voto, en las que habremos de decidir con que color de tinta (verde, azul y amarillo o guinda), se escribirá nuestro futuro inmediato.
Sí, ya sé, no hay mucho de dónde escoger, porque habrá que elegir, “no entre los mejores, sino entre los menos peores”. No es consuelo de p#nd#j#s…, pero es la realidad, es lo que hay y listo, no hay nada más que agregar al respecto.
Y las cosas están así: o regresamos al pasado donde los partidos de derecha, centro e izquierda nos tuvieron al borde de la desesperación y del colapso; o bien, continuamos en la trayectoria de choque del asteroide denominado 4T que impactará las 15 entidades donde habrá elecciones, en las que se incluye nuestra amada Tlaxcala. Asteroide, éste, que, según los expertos internacionales, no sólo acabará con los dinosaurios del PRI, sino que pude terminar con la vida tal y como la conocemos en la actualidad.
La advertencia de la catástrofe es de creerse, pues es menester recordar, que la presencia de este cuerpo celeste, en su primera aproximación a Palacio Nacional no solo acabó de un tajo con medicamentos para niños con cáncer, guarderías e instancias infantiles, con un seguro popular, con un proyecto de un aeropuerto internacional, con el Fondo Nacional de Desastres, y un largo etcétera, que Usted seguramente ya conoce y recuerda con preocupación. Ahora imagínese Usted, lo que podría ocurrir si se replican estos estragos en los 15 Estados, en los que ya se observa su sombra.
Recuerdo con pesar, que en aquella elección, ya lejana de 2018, la gente cansada de los partidos y los políticos de siempre; mucha de ella, por la “esperanza” del cambio verdadero, y alguno que otro incauto como yo, pensando en que un voto de confianza en otros actores políticos abonaría a la democracia de nuestro país, salimos a depositar nuestro sufragio a favor de “ya saben quién”, no sabiendo, que no era la cura sino la enfermedad.
¿Y qué dónde está el riesgo?, en que se acabe el poder ciudadano del voto y en que desaparezca nuestra, mala sí, pero todavía democracia, y las instituciones que son garantes de hacer respetar los resultados de nuestras decisiones. De que se sigan desapareciendo instancias y sometiendo a otros poderes del Estado. En que se continúe atacando a quienes alzan la voz en contra de un mal gobierno (periodistas y opositores) . Nada es casualidad, todo es causa y efecto.
¿Qué porque lo digo?, pues porqué ahora entiendo que lo que está en juego en esta elección, más allá de un proyecto de gobierno para los siguientes seis años en la entidad, es el referéndum presidencial del próximo año y muy probablemente una ampliación de un mandato anticonstitucional. Y si no me cree, al tiempo se verá.
Entonces, o regresamos un paso atrás y tomamos impulso para superar todo, o al menos para resistir el embate, o de plano cerramos los ojos y nos encomendamos a nuestro creador y que sea lo que Él designe para nosotros, sabiendo que nosotros podemos cambiar el rumbo de colisión con el voto. O ciudadanos comprometidos con nuestro futuro o solo creyentes. Que cada uno decida.
Como siempre, es mi humilde opinión, que dejo a su entera consideración amable lector.
Y la gasolina qué Apa…
No es por echar más sal a la herida, pero ayer hice la carga habitual de combustible a mí vehículo. Entré a la estación de servicio de siempre, me formé en la fila, dirigí la mirada al anuncio publicitario de la marca y de los precios, revisé y leí: Magna 19.99 y Premium 21.40; fue entonces que recordé el spot de televisión en el que “ya saben quién” decía que, de ser presidente de México, bajaría el precio de la gasolina.
Me encogí de hombros y esperé hasta que me tocó mi turno de pasar a la bomba de combustible, se aproximó el despachador y le pregunté que sí en ese establecimiento, en los dos últimos años, alguna vez se había vendido el litro de gasolina a DIEZ PESOS, a lo que me contestó: ni en los mejores tiempos del Huachicol llegó a tener ese precio mi jefe; y sonrió airadamente.
Sin decir nada más, le pedí al joven que llenara el tanque de combustible del auto, con la gasolina roja, que es la más amigable con el medio ambiente, y después de que terminó, me dijo: fueron 40 litros de Premium, de a 21.40 pesos el litro. Le cobro 857 pesos con 60 centavos. Pagué, le di una pequeña propina, las gracias y me retiré.
Y a Ustedes estimados lectores, en cuánto les dan el litro de gasolina y de gas; cómo les va con las tarifas de luz, con los precios de la canasta básica, ¿les alcanza?. O solo soy yo quien siente que no rinde el dinero.
La Contienda…
Cuéllar vs Ávalos y Corichi vs Ortiz, para la gubernatura y para la capital del Estado, está que arde. Y los réferis y jueces atentos para detectar y sancionar las malas prácticas en la justa electoral. Mientras que en una y otra esquina se afinan los detalles de la estrategia a seguir el día más importante del encuentro. Sí, señoras y señores, el día “D”, el día de la movilización. Sí, el día de la mapachería.
Dicen que al patrón de aquí y al de Edomex, les tocó el patrocinio ($$$$) de la esquina de “Unidos”; mientras, que ya saben quién echó una jugosa tajada de carne al asador para la esquina de “Juntos”.
En tanto que, para la capital tlaxcalteca, el del calzoncillo guinda tiene todo ($$$$) lo que la esquina de “Juntos” le compartió para llevarse el triunfo; aunque los especialistas señalan, que no hay que perder de vista al de pantaloncillo lila, que representa a la academia universitaria, pues no anda con medias tintas y tiene con qué ($$$$) hacerle frente a su adversario.
La cartelera para el 6 de junio es muy amplia, y de acuerdo con el lugar en que habitamos llama especialmente nuestra atención; sin embargo, la contienda por la gubernatura y la presidencia municipal de la capital, son de las más atractivas, por todo lo que hay en juego, pues en el caso de la alcaldía capitalina, se presenta la posibilidad no solo de ganar la administración de los próximos 3 años, sino meter medio cuerpo en la contienda en la que se habrá de relevar a la Gobernadora Ávalos o a la Gobernadora Cuéllar. ¿Qué es muy pronto para eso?, claro que no. Así se mueve el calendario político, en México y creo que en el mundo entero.
Por lo anterior expuesto y como colofón de esta entrega, digo:
A las punteras de las encuestas a la primera magistratura estatal, Anabell Ávalos Zempoalteca y Lorena Cuéllar Cisneros. Suerte y éxito a las dos. Ambas son mujeres de excepción. Que gane la mejor.
Al Dr. Serafín Ortiz Ortiz y a Jorge Alfredo Corichi Fragoso, dos hombres con diversas trayectorias, pero muy destacados ambos, también les deseo suerte y éxito. Y que ese privilegio de gobernar la capital sea para el mejor.
A los ciudadanos: Salgamos todos a votar, por una o por la otra, para la gubernatura, por uno u otro por la alcaldía, diputación local y federal y presidencias de comunidad, porque es nuestro derecho y obligación ciudadana. Y aquel que no vote, simple y sencillamente que no se queje después. Hagámoslo con madurez y en paz, respetando siempre a los demás.
A todos los candidatos y candidatas, a los partidos y coaliciones: Sabemos que quienes pierdan se van a inconformar y para ello están los tribunales electorales del Estado y la Federación, donde darán trámite a sus procedimientos legales y donde más tarde que temprano, habrán de dictar los resolutivos apegados a derecho. Pero por favor, no generen más violencia, no hagan marchas, no bloqueen calles o carreteras. Los tlaxcaltecas apreciamos mucho nuestra paz social y lo menos que merecemos es esa tranquilidad a la que estamos acostumbrados.
Hasta la próxima…