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La PGJE y el ranking de la corrupción

La PGJE y el ranking de la corrupción

Agradecido como siempre, por el favor de su atención y, para concluir con el tema que nos ha ocupado en las tres primeras entregas de este espacio de opinión, voy a hacer uso de los últimos datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2020, del INEGI.

Y sin más preámbulos, entro en materia:

En el rubro de percepción del desempeño de nuestras autoridades, en el que se midió el NIVEL DE CONFIANZA, la ciudadanía tlaxcalteca reconoció generosamente la labor de la Policía Ministerial o Judicial con un 65.8%, en tanto que a los Ministerios Públicos y Fiscalía Estatal (Procuraduría en el caso de nuestro Estado) con un inmerecido pero honroso 65% de la aceptación; mientras que al Ejército, a la Marina, a la Guardia Nacional y a la Fiscalía General de la República, les otorgó las notas más altas de su confianza, con el 89.6%, 89.1%, 88.6% y 73.6%, respectivamente.     

Ahora bien, paso a los resultados sobre el desempeño de las autoridades, pero en este caso, sobre la percepción de la CORRUPCIÓN, -y cómo de que no. Como era de esperarse-, la población coloca a los Ministerios Públicos y Fiscalía Estatal (PGJE), en la tercera posición en el ranking de la corrupción, tras alcanzar el 69.3% de la percepción de la ciudadanía.

Mientras que la Policía Ministerial o Judicial, se colocó en la cuarta posición, al haber alcanzado un 63.3% de las preferencias del respetable público. -Por cierto, para ser justo, de los dos primeros lugares de la lista, me ocuparé en las próximas entregas, porque a ellos se les cuece aparte-.

La ENVIPE estima que en el estado de Tlaxcala, 66.3% de la población de 18 años y más considera LA INSEGURIDAD como el problema más importante que aqueja hoy en día su entidad federativa, (recuerden que la encuesta es 2019-2020), seguido del desempleo con 45.3% y la salud con 32.9 por ciento.

Así es que, para que Usted saque sus propias conclusiones, haré un poco más didáctico el uso de los datos, a través de un breve resumen:

1.- En el año 2019 en Tlaxcala, se estima que se cometieron 285 mil 740 delitos. (1 de cada 4 tlaxcaltecas, fuimos víctimas de algún delito del fuero común).

2.- En el 53% de los delitos cometidos, las víctimas estuvieron presentes.

3.- En el 30.7%, se cometieron con agresión física.

4.- En el 81.4%, las víctimas sufrieron daños económicos.

5.- El costo total a consecuencia de la inseguridad representó un monto de 3 mil 19.1 millones de pesos, que salieron del bolsillo de las víctimas del delito y de quienes vivimos en Tlaxcala.

6.- Solo por medidas preventivas (como cambiar y colocar cerraduras y/o candados o cambiar puertas y ventanas) los ciudadanos invertimos un total de 995.2 millones de pesos.

7.- La Cifra Negra estimada (delitos no denunciados) es del 93.6%.

8.- En 2019, la ciudadanía NO DENUNCIÓ EL 87.9% de los delitos cometidos.

9.- El 28.9% de las víctimas que no denuncian, es porqué consideran que es una pérdida de tiempo y otro 14.9% desconfía de la propia autoridad (por miedo a que los extorsionaran, trámites largos y difíciles y por actitud hostil de la autoridad).

10.- Es por eso que, las Agencias del Ministerio Público recibieron sólo el 12%, del total de las denuncias.

11.- De ese pequeño 12%, sólo al 6.4% se le abrió una carpeta de investigación.

12.- Del 6.4%, que tuvieron ese privilegio de ser tomadas en cuenta, en el 44.5% de los casos NO PASÓ NADA, absolutamente nada; mientras que el 29.2% de las elegidas, aún se encuentran en trámite -o lo que es lo mismo, en alguna bodega llamada archivo, haciendo las veces de pata de algún escritorio maltrecho, o quizás, en el mejor de los casos, en algún archivero, debajo de otras tantas que esperan el trámite correspondiente.

En fin, amable lector, hasta aquí creo que es suficiente motivo y razón para que Usted haga un breve análisis de la información y saque sus propias conclusiones.

Por cierto, para quienes al igual que yo, se sientan curiosos por los resultados que arroja la encuesta, que hemos ampliamente comentado y documentado, y esperen que el titular de la PGJE, Maestro José Antonio Aquiahuatl Sánchez dé su punto de vista sin que esto necesariamente fije una postura institucional al respecto; les comento, que hagan acopio de paciencia, pues el Procurador no está dando audiencias por la emergencia sanitaria del SARS-CoV-2, a pesar de que llevamos varias semanas en semáforo amarillo.

Pero no falta el osado, que aún con la anterior advertencia lo intente y, lo haga a través del número 246-465-0500 extensión 2, porque el amable equipo de la secretaría particular del despacho del Procurador, le solicitará que la petición de audiencia la haga Usted por escrito para que la acuerde el propio titular.

Y si se les ocurriera solicitar el correo electrónico, que se supone, debe tener habilitado el Procurador para darle trámite a estas solicitudes o peticiones, seguramente le informarán que no cuenta con ese medio y que si bien, el acceso a las instalaciones está restringido, lo que se debe hacer en estos casos, es contar con el escrito en físico, en original y copia simple para su acuse, presentarse en la puerta de ingreso de la institución, informarle al elemento de la Policía de Investigación encargado del filtro el motivo de su presencia, para que éste a su vez pida la autorización para que Usted ingrese y con todo gusto realice en persona su petición debidamente fundada y motivada ante el personal del despacho. Y por supuesto, me imagino que te despiden con una sonrisa y con la tan célebre y conocida frase: no es necesario que venga para darle seguimiento, nosotros le llamamos.

Con lo anterior, se evidencia, que el “Procu” tiene un miedo extremo al contagio del Covid-19 o a la inseguridad que vivimos en el país, pero muy particularmente en nuestra entidad; o quizás y sólo quizás, lo que opine Usted y lo que piense yo, se lo pasa por el Arco del Triunfo.

Aunque ya sabe amable lector, no faltan las personas bien enteradas y que “tienen otros datos”, que dicen que está más que ocupado haciendo las maletas para regresar al sureste del país donde “según él y los suyos”, estuvo dando cátedra y capacitación sobre el Sistema Penal Acusatorio y Oral; en cambio otros mal intencionados aseguran que no, que en realidad mantuvo un autoexilió en la Selva Lacandona, por un buen tiempo, debido a que él…

Pero esa es otra historia.

Hasta la próxima…

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