Rosa Acosta
Con un Pikachu con disfraz de Charmander en sus capas y el personaje de Maggie Simpson en su pecho, Huehues de Tetla de la Solidaridad comentan que “el origen de la tradición del carnaval viene de sus antepasados que hacían… (Silencio, se quedó en blanco, risita nerviosa) y de su cultura” sin dar referencias claras.
Al perpetuar la tradición pareciera que con el paso del tiempo perdiera significado ritual y sólo se limitaran a hacer sus trajes y practicar sus danzas sin un respaldo histórico, así de instruidas las nuevas generaciones de camadas de huehues, al preguntarles por qué dedican años perfeccionando el baile y elaborando sus vestimentas, sólo responden que por tradición, pero ¿Tradición de qué?
De acuerdo al estudio realizado por Ana Laura Montero Ocampo e Ignacio Pérez Barragán, en el libro “El Carnaval Tlaxcalteca, un antiguo ritual de petición de lluvias” el carnaval es una fiesta mundial y que de manera general no tiene una fecha específica, cada lugar donde se celebra tiene sus propias fechas, pero la mayoría se celebran entre febrero y marzo.
El Carnaval tiene posiblemente su origen en fiestas antiguas que los cristianos denominaron como paganas, como las del buey Apis e Isis en Egipto, las grandes Dionisiacas griegas, las bacanales, lupercales y saturnales romanas o las fiestas celtas del muérdago.
Esta fiesta renació durante la edad media, al tiempo que se afirmaba la dureza cuaresmal del ayuno y la abstinencia. Las máscaras y el antifaz son quizá el vestigio de las fiestas de Baco y Cibeles aunque en México se le otorgó otra acepción a éstos objetos.
En Alemania, el martes de carnaval se llama fastnacht (Víspera del ayuno); En Italia y otros países del sur de Europa se llama Carnaval (de carnem levare, quitar la carne). El cristianismo alrededor del mundo ha eliminado las tradiciones muy antiguas y ha sobrepuesto fiestas admitidas por la iglesia para evitar que se realicen los cultos antiguos calificados de paganos, idólatras y politeístas.
Durante las fiestas se invertían los papeles y el esclavo se convertía en amo y este a su vez en esclavo, la mujer era hombre y viceversa, mediante el uso de disfraces dando rienda suelta a la imaginación.
Por otra parte estas fiestas también servían para dar un respiro a la sociedad, salir de su rutina diaria para divertirse sin ataduras ni complejos, burlarse sin decoro de su realidad y no mantenerla reprimida, con esto las clases altas evitaban revueltas y aseguraban el control y la obediencia del pueblo.
En Tlaxcala la práctica de la danza persistió y se colocaron como danzas de atrio y los cantos a los dioses antiguos se transformaron en alabanzas dedicadas al nuevo dios, la forma musical antigua basada en huehuetl (tambor ritual) se conservó como música de atrio en las festividades y en algunas danzas conocidas del siglo XX como “danza de matachines” y otra como “danza de chivarrudos”
La palabra Huehue (viejo) se convirtió en una contracción de la palabra “Coyohuehue” o “Huehuecoyotl” que significa” Coyote viejo” y hace referencia al antiguo dios de la danza y la fertilidad.
Con respecto a los trajes tradicionales en el estado de Tlaxcala los más representativos son:
Blancos; huehue con vestimenta clásica del campesino del siglo XIX, consta de calzón de manta, camisa, sombrero con uno o dos plumeros, faja, espejo en el costado del sombrero. Realeza renacentista fusión con Guerreros; pechera pantaloncillo, faldellín y camisa con bordados dorados y rematado con cascabeles, antes se hacía con satín ahora se elabora con terciopelo, se usa careta de rostro español y penacho. Charros; pantalón y saco negro con camisa blanca, careta de español, látigo, sombrero cubierto con un gazné y rematado con plumero en forma de flor. El charro actual lleva una capa que es un mantón de manila con lentejuela e hijo bordado. Chivarrudos; cananas hechas de piel con pelo, un saco y un sombrero pintado con una estrella multicolor. Vasallo; pantalón, camisa y sombrero de ala pequeña o texano sin barba, la careta de español con barba es opcional, carrilleras de tela en el pecho, imitando la moda en tiempos de la revolución mexicana. Catrín; porta sombrero de levita, rosetón opcional adornado de listones multicolor, gazné, faja, camisa, careta de rostro español y sombrilla, entre otros.
Para concluir, el carnaval es una fiesta que con el paso del tiempo ha ido cambiando en su ejecución pero sus fundamentos y raíces siguen siendo los mismos, si no se es poseedor de esa información, fácilmente se puede caer en la mala interpretación y transformar una celebración de carácter ritual y de desahogo en una transculturada tradición sin pies ni cabeza que cabe mencionar va perdiendo adeptos cada año en el sector juvenil de la capital del estado por representarles caos vial, basura en las calles, contaminación sonora y tocamientos a mujeres jóvenes.