Portales de Apetatitlan convertidos en basurero y excusado

Rosa Acosta

Fue a las 21:00 horas de la noche del pasado 18 de julio de 2017 en el municipio de San Pablo Apetatitlán, cuando la lluvia hizo estragos en un edificio con más de 130 años de historia, los Portales que se encuentran en las esquinas de las calles Morelos y Francisco I. Madero en el municipio de San Pablo Apetatitlán, edificio que data del año de 1886.

Las causas son varias pero primordialmente es el abandono, las lluvias de ese año y la falta de trabajo de conservación, provocaron que la noche de ese fatídico martes las vigas apolilladas que sostenían el techo junto con la segunda planta del inmueble colapsaran.

Días antes los vecinos reportaron el peligro que se avecinaba en el lugar por medio de redes sociales, protección civil acordonó el lugar impidiendo el paso de transeúntes y advirtiendo del riesgo de desplome.

Cada quien por su lado por una parte culpaban al INAH por no rescatar el lugar y dejarlo a su suerte, el delegado del INAH en aquel entonces de nombre Emilio Vázquez señaló que no era responsabilidad de Instituto Nacional de Antropología e Historia sino de los propietarios del inmueble. El Portal fue sede de la compañía Industrial de Tlaxcala y propiedad de la familia Barroso pero no deja de ser parte de la historia de San Pablo.

La Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos establece en el artículo 36 que: “Por determinación de esta Ley son monumentos históricos:

I.- Los inmuebles construidos en los siglos XVI al XIX, destinados a templos y sus anexos; arzobispados, obispados y casas curales; seminarios, conventos o cualesquiera otros dedicados a la administración, divulgación, enseñanza o práctica de un culto religioso; así como a la educación y a la enseñanza, a fines asistenciales o benéficos; al servicio y ornato públicos y al uso de las autoridades civiles y militares. Los muebles que se encuentren o se hayan encontrado en dichos inmuebles y las obras civiles relevantes de carácter privado realizadas de los siglos XVI al XIX inclusive”.

Y así a casi 3 años no ha pasado nada, el lugar en el año subsecuente estaba igual, tal vez por algunos detalles como levantar el escombro de la carretera pero de ahí en fuera se veía igual que cuando se derrumbó, este 2019 no es la excepción, la vida sigue y los habitantes se han acostumbrado a la vista que ofrece los escombros de un edificio del siglo XIX.

Ahora rodean el lugar al caminar, el sitio de taxis sigue a un lado de la destrucción, algunos habitantes declaran para Ahora Infórmate que no han visto ningún cambio, que llegan autoridades toman fotos y no dan respuestas, que “no saben para cuándo ni lo que se hará” algunos se han enterado por redes sociales que uno de los planes es reconstruir el lugar y convertirlo en museo, hay otros que opinan que debería ser un café sin embargo ahí las opiniones son encontradas, los más grandes dicen que los habitantes no son de ir a un café a platicar, otros creen que seguirá igual e incluso algunos lo usan para tirar su basura y como baño.

Los habitantes recuerdan que antes utilizaban los portales para la venta de zapatos y el lugar se llenaba de gente y mejoraba la economía de los locales en los alrededores.

¿Cuál será el destino de los portales de San Pablo? Solo el tiempo lo dirá.

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