Sin duda que el tema del huachicol seguirá por muchos días más, luego del desabasto de combustibles en varios Estados de la República lo cual ha sido aprovechado y capitalizado por l@s detractores del Presidente de la República, principalmente de actores del PAN y PRI a pesar de que gracias a ellos se ha armado el tremendo caos.
Ante esa situación, me llamo la atención que por un lado la Senadora del PAN Minerva Hernández Ramos pidió no caer en una campaña de pánico por la desinformación que en redes sociales se ha desatado y en contraste, su esposo Abel González es uno de los principales actores que pugna por crear encono entre la población al contribuir en la desinformación y alentar compras de pánico de combustibles.
Si bien es cierto que existe desabasto en varios estados de la república, también es cierto que en la entidad tlaxcalteca no reporta el mismo, con excepción de un par de gasolineras ubicadas en el municipio de Panotla donde se presume que los propietarios sufren desabasto porque compraban combustibles robados.
Seguramente el ex director general del COBAT no tenga la misma perspectiva, y le sea más fácil alentar el pánico en una entidad que está ajena a lo que sucede en otros estados del país.
Cercanos al buen Abel aseguran que la postura del ex funcionario Sánchez-anayista se debe a un mal de amores que el esposo de la ex candidata del PRD a la Gubernatura no ha podido superar desde hace varios años, de ahí que nada le gusta ni le parece y como muestra de ello, es que se la pasa de restaurante en restaurante en los portales de la capital llorando su pesar a moco tendido bajo los efectos de unos alipuses.
Los osos de Mine…
No se Usted mi estimado lector, pero una publicación del portal Quadratín exhibió el buen gusto que la Senadora de la República por el PAN Minerva Hernández Ramos tiene por las cosas lujosas, ya que portar un bolso con un valor entre los 5 y 16 mil pesos seguramente no representa nada para su bolsillo al fin y al cabo que con el jugoso salario que percibe como Legisladora Federal le da para eso y más.
Ciertamente no es nueva esa situación, basta recordar que cuando fue Diputada Federal destinó una carretonada de varios millones de pesos para pavimentar y poner de lujo una calle en la localidad de San Esteban Tizatlán donde tiene una de sus tantas propiedades, por lo que seguramente portar una “sencillita bolsita” no representa nada para la ex secretaria de Finanzas, ¿oh no?