Fernando Rodriguez
Una vez asestados los golpes a Anaya por la PGR (respecto de la el terreno que compró en 2014, donde construyó una nave industrial para luego vender ambos inmuebles), vale la pena preguntarnos: ¿hasta dónde está dispuesto el PRI -esta administración, específicamente- para levantar los números de una derrotista candidatura presidencial?
Lo más preocupante de esta situación, es que ya no representa ya una sorpresa el que esta administración federal haga uso del aparato gubernamental y sus tentáculos inquisitivos (SAT-PGR) para fines electorales. Pareciera un capítulo de House of Cards, pero no, es la elegancia de la desesperación peñista.
Y no se trata de que las investigaciones de Anaya se desestimen, sino que sean tratadas como las de cualquier otro ciudadano, y no que exploten en el momento más conveniente para el partido en el poder.
Anaya ya ha hecho las aclaraciones correspondientes y tendrá que seguirlo haciendo ante las instancias judiciales, pero, como asevera Jorge Castañeda: si hay que investigar a alguien, que se investigue al notario público que dio fe del contrato, al Registro Público y al mismo SAT que hizo caso omiso al momento de la transacción.
Finalmente, esto da lugar a otra reflexión: ¿de qué tamaño es el temor del PRI, que están dispuestos a dejar pasar a AMLO antes que Anaya? Le aseguro que esto no es una ocurrencia: el mismísimo Pablo Hiriart (columnista estrechamente ligado a esta administración) en su entrega del pasado 28 de febrero afirmó que “´Prácticamente imposible que este candidato del PAN gane la presidencia, porque el voto priista se iría con Morena en caso de que llegue al final”
Más allá de las investigaciones abiertas de Anaya y de Meade -junto con Rosario Robles- por supuestos desvíos articulados entre SEDESOL Y Hacienda, el electorado indeciso espera propuestas: qués y cómos suficientes para hacer frente a las diversas crisis que atraviesa nuestro país: económica, laboral, ambiental y de seguridad.
Nótese que he omitido los últimos movimientos de AMLO, y no es porque crea en su todopoderosa mano de amnistía, sino porque merece un espacio aparte, el cual compartiré durante los próximos días.
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