El Frente Amplio Democrático

El 26 de agosto tendrá su consejo nacional el PRD, así lo decidieron corrientes internas del partido del sol azteca para finalmente definir si aprueban o no la conformación de un “Frente Amplio Democrático” así como el cambio de dirigencia de este instituto político.

Decía el escritor Juan José Arreola que cuando el hombre y la mujer tratan de reconstruir el Arquetipo (el modelo perfecto del ser humano), terminan componiendo un ser monstruoso: la pareja.

Algo así pasa desde hace un par de años que PAN y PRD insisten en generar alianzas monstruosas para ser competitivos en los procesos electorales, fingiendo reconstruir el arquetipo democrático, sin importarles que sus diferentes doctrinas e ideologías (a estas alturas ya no se les puede llamar principios) queden en segundo o tercer plano (así lo hemos visto en los estados que gano esa alianza)

A nadie se puede culpar de la sospecha que generó la propuesta de un Frente Amplio Democrático (FAD) promovido por el PRD y que buscó, en un inicio, el apoyo de partidos tan distintos como PAN, Morena, Movimiento Ciudadano, Panal, Encuentro Social y PT.

El objetivo, dicen, es sacar al PRI del poder. El otro objetivo, el que sólo unos aceptan, es frenar a Andrés Manuel López Obrador, quien difícilmente será partícipe de una alianza en la que los principios de la lucha social y de izquierda no imperen, como lo ha sido para su partido en todas las elecciones (incluso en las que él no figura en las planillas) desde su creación.

PAN y PRD presuponen su superioridad moral frente a sus contrincantes, omitiendo públicamente el abandono de sus ideologías mientras esconden su ambición de poder detrás de un supuesto afán democrático. ¿Intentar frenar el avance priista es razón suficiente para poner de fachada un frente que no diluye de fondo las diferencias políticas e ideológicas?

En una supuesta coalición PAN-PRD, el primero apuesta a sus números mexiquenses para posicionar a su candidato frente a los que propongan los demás firmantes del frente.

El segundo, dado casi por muerto, se encuentra en la posición menos ventajosa, por lo que sus diferentes tribus están dispuestas a una alianza, pero no a la misma: los que no apuestan por el PAN, tienen una maleta lista para acudir a los brazos de Morena. Muchos ven difícil la concreción de un verdadero frente democrático. La mayoría vemos oportunismo político.

Ya inicio la cuenta para que inicie, formalmente, el proceso electoral federal. Veremos, en ese tiempo, hasta donde llevan la simulación los partidos de derecha y de aquel partido que perdió el rumbo. Sin embargo, no está de más recordar que la democracia no es monopolio de los partidos. Los resultados de una elección deben recaer cada vez más en la participación ciudadana. Y eso sólo se puede lograr dando el primer paso: Salir a Votar.

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